La terminología usada por la ciudadanía varía de generación en generación. No obstante, todavía hay palabras que se conservan en el tiempo, como la alusión a la policía, que era llamada «la cana» o «la yuta». Esos términos representan el lunfardo.
Al mismo tiempo, Lavira señaló que las modificaciones hechas por los jóvenes eran modas; pero que podían pasar a ser atemporales y a extenderse en todo el país. En esa línea, detalló que los dichos «atorrante» y «cobani» se referían a quienes vivían en los caños marca Torrent y a la forma de abanico que hacían los agentes estatales con sus palos.
A la vez, la escritora resaltó que, para sus poemas, usaba referencias de antes, con el objetivo de que no muriesen y de que los lectores buscaran su significado.