El presidente Alberto Fernández aseguró ayer que Argentina no se arrodillará ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), durante el acto en homenaje al exmandatario Néstor Kirchner en el estadio del Club Deportivo Morón.
Al mismo tiempo, resaltó que el Fondo debía responsabilizarse por haberle otorgado al país un dinero que, según él, la Nación no podía devolver. A la vez, sostuvo que la población sabía quién jugaba a su favor y quién tenía otros intereses, en referencia a los dirigentes de la alianza Juntos por el Cambio.
Luego, Fernández definió a Kirchner como «un guía», y señaló que la situación de pobreza se parecía a la del 2003. En esa línea, recalcó que las administraciones de Fernando de la Rúa y Mauricio Macri habían llevado a cabo políticas «neoliberales».
El eje de los dichos fue en torno a las negociaciones con el FMI. No obstante, semanas atrás, el jefe nacional había afirmado en una reunión con empresarios que el pacto estaba encaminado; y el ministro Martín Guzmán y el jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manzur, se habían juntado con el staff del organismo en Washington.