La popularidad de los tatuajes fue aumentando día a día, representando cuestiones emocionales o estéticas. Sin embargo, su evolución continúa y su próximo paso sería darles un valor agregado.
El filántropo Bill Gates tomó nota del invento y consideró que los teléfonos inteligentes serán reemplazados por los tatuajes electrónicos. De hecho, comenzó a invertir en el negocio.
Sin embargo, el docente de Biotecnología de la UADE, Federico Parra, aseguró que algunas noticias llaman la atención por quién lo dice más que por el contenido. Por eso, es importante buscar mayor información para conocer su viabilidad, y no quedarse con el sensacionalismo.
Respecto a los tatuajes electrónicos, el especialista aseguró, en diálogo con FRECUENCIA ZERO, que tienen una parte de sus sustento, mientras que el resto es un deseo para desarrollar un dispositivo en determinado tiempo. De este modo, aclaró que está lejos de suceder.
«Los tatuajes electrónicos no son tatuajes en sí (son temporales, similares a los henna). Se plantean como el desarrollo de dispositivos electrónicos, pero que puedan usarse como tatuajes», explicó Parra, quien agregó que la disciplina que los trabaja es «electrónica epidérmica».
En este sentido, planteó que los científicos están tratando de desarrollar dispositivos para cumplir funciones de celular o reloj. Siendo lo más finos posibles, que se puedan adherir a la piel, y no tengan problemas de movimientos y manejos. La idea es desarrollar interfaces electrónicas que estén en contacto con la piel y permitan monitorear distintos tipos de señales biológicas
«Actualmente, hay desarrollos pero falta para cumplir lo que se plantea: medir parámetros más críticos de la salud. La idea es que con un parche, como si fuese de nicotina, se pueda tener una medida de la glucosa en sangre», aseveró.