Rosario no tiene paz y se encuentra en medio de una escalada de crímenes. De este modo, el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, echó al secretario de Seguridad de la provincia, Jorge Bortolozzi, por un viaje a Centroamérica como integrante del Club de Leones. En su lugar, designó a Claudio Brilloni, hasta ahora secretario de Prevención y Control Ciudadano.
En esta circunstancia, la especialista en narcotráfico y narcomenudeo, Laura Etcharren, señaló el derramamiento de sangre como la disputa entre distintas bandas. Esto llevó a finalizar abril con 36 muertos; y comenzar mayo con otra cantidad de homicidios. «En la Ciudad tampoco tenemos una situación mejor. Tenés una administración de los muertos. Las bandas se autorregulan, y respetan sus mercados y territorios. Por lo cual limita bastante los muertos por narcotráfico», comparó.
La socióloga afirmó que estas disputas y ajustes de cuenta son por la venta de droga a menor escala. Es que se están disputando el dominio de los barrios y el microtráfico, que no está contemplado en la legislación argentina. «La lucha contra el narcotráfico y el narcomenudeo no son antagónicas, sino complementarias. Necesitás una política de seguridad de fronteras para que no te afecte la seguridad interior y una política de saneamiento en los barrios. La droga es un eslabón que va uniendo distintos delitos conexos de la actividad delictiva», explicó.
Para Etcharren, no es una sorpresa lo que sucede en Santa Fe. Desde la asunción de Perotti, hubo una seguidilla de impericias, maltratos y destratos hacia la institución policial, con la que se debe combatir el narcotráfico, además de gestionar la seguridad desde los medios de comunicación, siendo después un «chaski boom» en el territorio. «Claramente, es un delito federal que le corresponde a la Nación. Pero las provincias que entienden la dinámica del narcotráfico y el narcomenudeo trabajan sobre la venta de drogas a menor escala, que no significa menos sangrienta».
Por último, sostuvo que la provincia de Santa Fe retrocedió entre 6 y 7 años, porque entre la gestión de Antonio Bonfatti y Perotti está la de Miguel Lifschitz y Maximiliano Pullaro, «que pese a formar parte del Frente Progresista, hizo un trabajo muy bueno en materia de seguridad».
Si bien le reconoció fallas, aseveró: «Andá a hacer una transición racional con Marcelo Saín o con personas que creen que la seguridad es un slogan, como la paz y el orden. La paz y el orden solamente está contemplada en Santa Fe para los narcos». En este sentido, manifestó, en diálogo con FRECUENCIA ZERO, una institucionalización de la violencia.