El presidente, Sauli Niinistö, y la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, informaron a través de un comunicado conjunto que apoyan el ingreso del país «cuanto antes» en la Organización del Tratado del Atlántico Norte. La adhesión de Finlandia a la OTAN rompería con la política de neutralidad que tiene hacen muchos años. Por su parte, el gobierno ruso ha advertido «consecuencias políticas y militares» en caso de que Finlandia o Suecia se sumen a esta alianza.
El propio Niinisto afirmó el miércoles que la posible adhesión de Finlandia a la OTAN no está dirigida “contra nadie”, en alusión a Rusia, que se ha mostrado contraria a esta opción. Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, ha afirmado la adhesión del país escandinavo “causará graves daños a las relaciones bilaterales”, por lo que Moscú «se verá obligada» a tomar «represalias» para «detener las amenazas de seguridad a su territorio que se presenten al respecto».
Luego de la invasión rusa a Ucrania, Finlandia comenzó a barajar la idea de unirse a la Alianza Atlántica y la sociedad lo apoya. Los últimos sondeos apuntan a que el 68% de los finlandeses dan el visto bueno para unirse a la OTAN, más del doble que antes de la invasión de Ucrania, y que solo el 12% se opone.