Gustavo Vera, titular de la Fundación La Alameda, al cumplirse 20 años de esta organización rememoró en diálogo con FRECUENCIA ZERO todas las experiencias que atravesaron en su lucha contra el trabajo esclavo, la explotación infantil y la trata de personas.
Luego del caos y la represión de diciembre de 2001, la desesperanza dominaba el ambiente en nuestro país. Un año después, en medio de ese panorama oscuro, floreció La Alameda: un grupo de vecinos de Parque Avellaneda que empezó a trabajar para ayudar a los más necesitados del barrio. Luego, empezaron a involucrarse en denuncias contra el trabajo esclavo (llevaron a la justicia a más de 120 marcas, cerraron alrededor de 4000 talleres clandestinos) y la trata de personas (denunciaron más de 1300 prostíbulos en CABA y más de cientos en otras ciudades el país).
Gustavo Vera, uno de sus fundadores, da testimonio de lo que vivieron a lo largo de este tiempo y el festejo en la sede de la Alameda: “Fue increíble la lucha por sostener este proyecto. Nos quisieron incendiar la sede, tuvimos atentados con armas de fuego por oponernos al trabajo esclavo. Fuimos pioneros de la ley de trata, ley para cerrar cabarets y whiskerías, removimos comisarios, gente de los servicios secretos que participaban de una red de trata y explotación. Siempre hicimos todo buscando justicia, contra la explotación infantil, el trabajo forzado. Ayer estuvieron una enorme cantidad de personas con las que compartimos innumerables luchas: trabajadores, sindicatos, cooperativistas, funcionarios judiciales, sacerdotes de barrio, periodistas y dirigentes políticos. Fue una actividad más desde el corazón que algo protocolar. Fue muy lindo festejar con todos, sobre todo con la murga y con el grupo de teatro comunitario con La Runfla, porque con ellos somos las tres patas de la organización vecinal, son parte parque avellaneda para hacer un barrio más inclusivo, más justo y más fraterno”.
También Gustavo Vera, remarcó la repercusión que tuvieron las acciones de la organización alrededor del mundo: “Conseguimos hacer aportes a nivel internacional. Hay una marca global que se llama No Chains, integrada por cooperativas de Tailandia, de Filipinas, de Hong Kong, de Indonesia, que hicieron campaña para promocionar la producción libre de trabajo esclavo. También el trabajo que hicimos para avanzar y que se tipifique el delito de trata, para que haya asistencia a la víctimas .Más allá de los errores que se puedan cometer, siempre fuimos fieles a los valores con lo que nacimos, los que tiene que ver con la solidaridad, la fraternidad y no hacerse el distraído con los que sufren. Podemos decir que tenemos honestidad intelectual y transparencia material, porque siempre se volcaron todos los recursos para transformar la realidad. En La Alameda cambiamos vidas y salvamos vidas, dimos un horizonte para algo mejor”.
Por último, se refirió a lo que significa la fundación en la actualidad y la importancia del Papa Francisco para difundir sus acciones: “Hoy La Alameda existe en 20 provincias y con gente muy valiosa. Un capítulo aparte es el impulso inicial que nos dio Jorge Bergoglio y hoy sigue vigente lo que dice de acerca de la importancia de la obra y la palabra. En La Alameda lo que decimos con el pico lo bancamos con el hombro. Por eso tenemos un pedazo de historia tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en toda la Argentina, quedó grabado en la memoria colectiva todo lo que hicimos durante estos años”.