El próximo domingo 4 de septiembre Chile elige democráticamente si continúa con la Constitución sancionada por el dictador Augusto Pinochet o sienta las bases de un nuevo modelo económico, político y social, que pueda responder a las demandas del estallido del 2019 y abandonar el neoliberalismo residual. El voto es obligatorio, por primera vez, para los mayores de 18 años.
La nueva Constitución prevé un modelo de país unitario, porque Chile seguirá teniendo una sola norma suprema, pero le otorga mayor autonomía a las diferentes comunidades. De esta manera, se descentraliza el poder de Santiago de Chile y las diferentes regiones pueden impulsar su economía.
A su vez, Beiza-Báez destacó que esta nueva Constitución, realizada por dirigentes elegidos democráticamente y deliberada en el parlamento, es la primera en considerar la paridad de género y la ecología. También es la primera vez que en Chile se reconoce a los niños como sujetos de derecho; promueve la economía social, a través de las cooperativas; resguardar a los animales; restituye agua a los territorios; entre otros artículos que son novedosos a nivel nacional e internacional.