Se impuso el rechazo a la Constitución en Chile

Este domingo se impuso el rechazo a la nueva Constitución de Chile, con 61,87% de los votos válidos del plebiscito contra 38,13% favorable a la aprobación, cuando se había completado 99,86% del escrutinio oficial. Tras conocerse el resultado, el presidente Gabriel Boric llamó a “escuchar la voz del pueblo» y aseguró que la decisión exige un trabajo conjunto que «interprete a todos, que dé confianza”.

Juan Enrique Ortega, periodista chileno, explicó en diálogo con FRECUENCIA ZERO que pese a que las encuestas marcaban un rechazo a la nueva Constitución no se esperaba que la brecha entre la aprobación y el rechazo sea tan amplia. «Fue un golpe muy fuerte para quienes teníamos la esperanza y expectativa de dejar atrás el legado de Pinochet», apuntó.

A su vez, aseguró que la derecha, los sectores conservadores y la centroizquierda chilena supieron «leer los temores de la sociedad» e instalar ahí, «mediante desinformación», discursos contrarios a los supuestos beneficios que traía el nuevo texto de la ley suprema. 

En esta misma línea, a la sociedad chilena no le gustó la idea de explicar a Chile como una «sociedad plurinacional». La derecha decía que las personas de pueblos originarios iban a ocupar los trabajos de los demás. «Hubo una desinformación y operación de bots como en el gobierno de Bolsonaro y Trump», aseguró Enrique Ortega. 

En una autocrítica desde el progresismo, el periodista planteó que en su opinión el oficialismo no supo mantener una narrativa de transformación positiva; dar a entender que los derechos que se propiciaban en el nuevo texto de la Constitución eran para todas y todos. Por ejemplo, el derecho al agua resulta un cambio vanguardista para todo América Latina y el mundo. 

«Hay un problema en la construcción en la narrativa, en la capacidad que tuvimos desde los movimientos sociales de poder defender los logros que estábamos teniendo al incluir ciertas temáticas en esta nueva constitución. No supimos simplificar el lenguaje y nos quedamos en un lenguaje de derechos humanos. Pero tampoco supimos comunicar bien a la ciudadanía chilena de hoy, que no está muy informada políticamente, sino que consume el día a día con un bajo nivel de análisis», reflexionó Ortega.

Además, hay un voto de castigo a Gabriel Boric de una ciudadanía que no siente que su Gobierno haya hecho las cosas bien. Siguió con el legado de Sebastián Piñera, reprimió estudiantes, siguió con el Wallmapu, «gobernó para la derecha». 

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