En Argentina 2050, Eduardo Sartelli, planteaba que un proyecto nacional debe tener un socio estratégico como Brasil para poder funcionar de forma efectiva, independientemente de la ideología que lo gobierne. Con una elección altamente polarizada y un bolsonarismo afianzando en la escena política, Luiz Inácio Lula da Silva se impuso por 5 puntos a Jair Bolsonaro, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales.
«La conclusión más lógica de la elección de ayer es que el bolsonarismo llegó para quedarse», señaló Sartelli. Porque el fenómeno Bolsonaro, al igual que en Brasil, está ocurriendo en otros puntos del mundo: Boris Johnson en Gran Bretaña, Giorgia Meloni en Italia y Marine Le Pen en Francia.
La llegada del estado de bienestar al estilo de Suecia, que fue la construcción de un «aparato enorme», tenía pretensiones de reforma real. Sin embargo, lo que se planteó luego de los 90 mutó a un «pseudoreformismo», que es mezquino y representativo de las minorías.
En Argentina ocurre algo similar: Mauricio Macri este fin de semana se refirió a la interna de Juntos por el Cambio; y aseguró que, de no ponerse de acuerdo Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, tendrá que intervenir en la interna. Al respecto, Sartelli explicó que en este punto el fundador del Pro «no interpreta que Larreta sea el cambio real, porque va a arreglar con el peronismo como lo hizo con Santa María en la Ciudad».