Micky Rodríguez, a 30 años de Chac tu chac

El ex bajista de Los Piojos, Miguel Ángel Rodríguez, reversiona viejas canciones piojosas y celebra un nuevo aniversario del álbum que lo inició profesionalmente.
Con más de 10 años alejado de la Ciudad, Micky Rodríguez, uno de los creadores de Los Piojos, se instaló en sierras cordobesas, dando paso a una nueva formación de rock, La Que Faltaba, y actualmente reversionando históricas canciones de la banda de El Palomar.
¿De qué trata “Sus versiones” y quiénes te acompañan?
Es un berretín que empecé a darle forma en pandemia. Tiene que ver con versiones de Los Piojos y conmigo, con mi forma de interpretarlas, de tocarlas. A partir de eso, empecé a acomodarme a esas versiones. Y terminaron siendo mis versiones, “Sus versiones”. Hay dos formatos de presentación en vivo: uno es un dúo set, con Nahuel Gordillo en guitarra y programaciones. Después, la otra versión es con La Que Faltaba, con Rómulo Arnoldi y Nahuel Gordillo en guitarras y Pablo Ríos en batería.
¿Qué sentimientos se mantienen y cuáles se suman hoy al abordar viejas canciones de Los Piojos?
Es sorprendente cómo uno se inunda de emociones al volver a revisar toda la historia. Al empezar a cantar canciones que, en su momento, yo no cantaba, descubrí un montón: más allá de la interpretación, lo que la canción quería decir, por dónde iba, los sonidos. Eso me potenció aún más la obra. Redescubrí una obra que aún sigue vigente, pero a mi estilo.

Posteriormente a aquella separación de Los Piojos, formaste La Que Faltaba. ¿Qué lugar vino a ocupar?
Es un lugar importante, porque me permitió reencontrarme de vuelta con la música. Cuando terminó la historia de Los Piojos, yo ya vivía acá en San Marcos Sierra (Córdoba) y esa posibilidad me permitió continuar la historia. Me brindaron ese espacio que yo siempre tuve, que había relegado un poquito. Siempre soy un agradecido: más allá de su juventud, aprendo muchísimo de los músicos que me acompañan y calculo que algo yo les habré aportado. Hoy sigue la banda proyectando hacer canciones nuevas y acompañándome en las patriadas de “Sus versiones” cuando son eventos más grandes.
En este 2022 se cumplieron 30 años de Chac tu chac. ¿Qué significó ese disco en tu carrera?
Significó mucho. Había cierta inconsciencia juvenil, pero de alguna manera era como empezar a arañar el sueño. Y la idea de grabar un disco, en esa época, era más difícil que ahora. Después, permitió abrir esa puerta que nos dio todo lo que nos dio. Es un disco al que le tengo mucho cariño. Empezábamos a caminar. Tengo unos recuerdos hermosos de las grabaciones. Recuerdo que nos quedábamos a dormir ahí. Para nosotros, era una especie de campamento. Éramos felices. Afuera había una mini canchita de fútbol y nos la pasábamos jugando. Recuerdo que estábamos sentados en un banco, queriendo fumar un porro y alguien encontró una tuca, como una cosa medio mágica. Y nos cagábamos de risa porque la semana previa había grabado el Negro García López. Y entonces estábamos felices con la tuca del Negro. Para nosotros, era haber encontrado el elixir de la felicidad. Ese disco tiene una cantidad de temas que hoy a la distancia los veo y me parecen impresionantes. Salvando la falencia del audio y la inexperiencia en la grabación, es un discazo, tiene unas canciones hermosas. Cualquiera que tocábamos en vivo funcionaba: Llevatelo, Cancheros, Tan solo, A veces, Cruel… Esas canciones funcionaron toda la vida. Siempre bajando en vivo era un flash. Algunos veníamos del palo del teatro y en esa parte final del tema era un cuelgue. La zapada final duraba como 20 minutos, mientras Andrés (Ciro) recitaba.
¿Ves álbumes hoy con la proyección que terminó teniendo Chac tu chac?
Cuando Andrés (Ciro) me muestra Tan solo, yo no le di tanta bola. Y mirá lo que resultó siendo esa canción… Vivíamos juntos, y me dice: «Mirá, Micky, tengo esta canción». Le dije «ah» y seguí cocinando. Después me di cuenta de la dimensión. Capaz que hoy, a la distancia, van a perdurar más las canciones que los álbumes. Pero es un poco el tiempo el que decide. Hay camadas de músicos, de pibes, que me parece que ya están haciendo un montón de historia. Después, no sé cómo será, porque además hay un montón de factores que no tienen una explicación racional. Por eso es difícil explicar la fórmula del éxito.
San Marcos Sierra
Para finalizar, el músico nos cuenta de su lugar en el mundo: “Tiene que ver con mi estado, con mi forma de poder equilibrarme, con el presente. Valoro más el tiempo, apuesto más en el valor del tiempo que en la locura. Pero son elecciones. Acá no hay asfalto, es un lugar en el medio de la montaña, donde estoy en paz… Hoy sigo eligiendo estar acá. Hay armonía. Y eso es importante”.