«Se acabó la rivalidad dentro de la música»

En el barrio de Floresta, se ubica Rivadavia Rock: una tienda de discos y remeras, que sobrevive a pesar del tiempo y la tecnología. Hace 38 años, Maximino Bustos, creador de este local, llegaba desde Córdoba para dar rienda suelta a un oficio ligado a la música.

“Cuando vivía en las sierras, tuve la suerte de coincidir con Mario Luna: un locutor cordobés, que organizaba recitales en La Falda y que tuve la suerte de acompañar en varias oportunidades”, recuerda Maximino y nos explica que de allí se trajo la semilla de Rivadavia Rock.

Rivadavia Rock, en Avenida Rivadavia al 8700.

Este reducto musical conserva el ropaje de aquellas tiendas que supieron acompañar la ebullición del rock nacional en los años 80 y 90. Aquí, uno puede encontrar remeras de innumerables conjuntos musicales, mochilas, prendedores, afiches, discos y entradas de recitales: como una cápsula del tiempo que le pelea a toda la avanzada digital del tiempo histórico actual.

Ubicado en el oeste de la Capital Federal, pero con clientes en todo el país, Maximino dice que esto va a perdurar. “A pesar de la situación económica, la gente hace un esfuerzo más por la música. La música une a la gente, une amigos. Se acabó esa rivalidad dentro de la música”.

El creador de Rivadavia Rock comenta que su público es muy variado, que hay grandes y pequeños. “La música del rock va a perdurar. Tenemos rockeros gigantes. La edad no marca. La juventud se lleva por dentro, con la música. Y la música da mucha juventud”, concluye.

En cuanto a los preferidos de la gente, Maximino nos cuenta que el rock nacional es tan variado que sigue vendiendo muchísimo. “Spinetta, Soda Stereo, La Renga, Los Redondos y Viejas Locas son bandas que van a perdurar”. En relación con el público joven, su mirada es alentadora: “Los chicos van variando: empiezan por Ramones y después van adoptando otros estilos. Antes estaba esa polémica de si eras stone o punk. Hoy se acepta más la diferencia de estilos”.

Maximino Bustos junto a Tete Iglesias, bajista de La Renga.

Y así como sucede en algunas librerías con sus lectores, Maximino se toma su tiempo con quienes se acercan al local. “Hablamos sobre la banda que me piden, les sugiero algo que puede estar relacionado o les hago escuchar CD de bandas nuevas, que se acercaron a traer su material”.

El oficio elegido por Maximino lo ha hecho ocupar un lugar privilegiado. “Gracias a Dios, he tenido la suerte de conocer a muchos artistas. Me gusta el artista que es igual ante todos y en cualquier momento. La mayoría son de una sencillez terrible y grandes músicos”.

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