Deporte y política se conjugan en una catástrofe sin precedentes para Colombia y América, luego del anuncio de Panam Sports del retiro de la sede de los Juegos Panamericanos de 2027 a la ciudad de Barranquilla. La entidad internacional publicó un comunicado en el que confirma la rescisión del contrato tras el incumplimiento del mismo y asegura que hará valer su derecho de reclamar “todos y cada uno de los daños” ocasionados. Mientras tanto, Gustavo Petro ordenó a su gabinete recuperar la sede y la oposición busca instalar una moción de censura contra la ministra de deporte.
La razón de tamaña decisión se debe al incumplimiento del pago de USD 4 millones que la ciudad sede debía abonar a Panam Sports antes del 31 de diciembre. Sin embargo, la organización denunció “innumerables incumplimientos del contrato vigente”, con lo cual esta fue la gota que desbordó el vaso. Por su parte, el gobierno colombiano afirmó que había un acuerdo para realizar el pago en enero y que les sorprendió el anunció de Panam Sports. De hecho, el alcalde Alejandro Char sostuvo que “los recursos están”, pero que hubo “un impase en Hacienda Pública” por lo que el giro no se hizo efectivo, a pesar de la orden presidencial de ejecutar dicho presupuesto.
Por el momento, el gobierno de Petro se encuentra en comunicaciones con el presidente de Chile, Gabriel Boric, a los fines de interceder ante Neven Ilic, presidente de Panam Sports y también dirigente deportivo chileno, para que la situación se pueda revertir. Desde el Senado colombiano, un dirigente del partido Cambio Radical anunció que citará a una moción de censura contra la ministra de deporte, Astrid Rodríguez, para que abandone su cargo por la responsabilidad política de lo sucedido. Entretanto, la capital paraguaya, Asunción, suena como posible reemplazo para organizar los juegos.