“El amor está por sobre la ideología”

Juan Acosta dialogó con Noticiario Sur sobre su vida en Mataderos, el humor y la política en la cultura.

¿Cómo fue la infancia en Mataderos? 

Yo nací en el Salaberry, toda la referencia que tengo de Mataderos es que vivía en lo de mi tía, jugando en la calle sin ningún problema. Otro punto de referencia es la pileta de Los Perales, que íbamos todos los días desde diciembre.Mi recuerdo es la pizzería El Cedrón, el José Hernández.

¿En qué momento comenzó a generarse la pasión, o el amor por el humor, o la comedia?

Cuando era chico tuve una maestra llamada La Señorita Pichona. Yo escribía poesías y ella me llevaba por las aulas a mostrar lo que yo había escrito. Fueron mis primeras actuaciones en público. Luego, el humor lo usábamos en el barrio para no recibir tanto bullying, antes había mucho bullying. Hacer humor era también salir de ese momento extraño. La vida en los barrios tiene esos colores, de ayuda mutua entre todos y por otro lado cierta agresión que también existe. 

¿Qué época disfrutaste más? ¿80, 90, o del 2000 en adelante?

En los 70 comenzó mi conexión con el rock, lo cual iba relacionado a que en su momento, con la dictadura, uno se refugiaba con amigos en lugares para no correr riesgo. En los 80 comienza una movida más agradable, que era ir a los bailes, a Cemento por ejemplo, ir al café Einstein de Omar Chabán, ahí vi a Sumo y a Soda Stereo, yo empezaba a dedicarme al teatro. En los 90 me agarró la fama, a fines de los 80, luego de la muerte de Olmedo, resurge Gasalla y junto a ese gran elenco. Fuimos muy ácidos con el humor y muy felices. Luego, en los 2000 me dediqué a la pintura. En el Polideportivo hice una muestra, de hecho que tenía un salón que se llamaba “Sala Juan Acosta”.

¿Por qué crees que Esperando la carroza aún se sigue viendo, incluso en las generaciones más jóvenes?

Tiene todos los ingredientes para que sea un gran éxito. Primero, un tema, que si bien está enfocado con humor, es la vejez, Jacobo Langsner hizo un gran guión, las actuaciones eran todas estilo argentino, todos generaban una manera de actuar de las cuales muchos nos sentimos identificados, Alejandro Doria encontró ese equilibrio, por lo cual, todas las actuaciones que ves en la película son muy expresivas, muy hacia afuera, muy italianas. Nos representa mucho a los argentinos. Por eso, con todos esos ingredientes llegó a ser ese éxito y lo sigue siendo. El tiempo mantiene lo que tiene esencia, en este caso un buen guión, una buena dirección, el humor que es tan típico nuestro y la tragedia.

¿Era complicado ser artista en épocas de dictadura militar?

Era un precio que pagabas donde la libertad era sacudida por algunos eventos que sucedían. Muchos amigos fueron desaparecidos. A los rockeros, salvo a algunos artistas fundamentales, no nos perseguían pero sí te controlaban. Yo estudiaba en lo de Lito Cruz, hice una canción que se llamaba 16 de diciembre, que fue la última represión que hubo, en el año 1982, y dice: “El día de la plaza todos corrieron, corrió artista, el automovilista, el tosco gordo obrero, corrió la voz a mi casa, corrió mi hermana a la terraza, yo sé que nunca más te olvidaré”. Luego vino Malvinas. 

¿Cómo recordás tu labor en “El mundo de Antonio Gasalla? ¿cómo era trabajar con él?

Trabajar con Gasalla, para muchos de nosotros fue un despegue a la popularidad. Era como jugar a la pelota con Messi, esa es una gran realidad, arriba del escenario tenía una postura tan clara, y nosotros que éramos humorista, también yo fui muy ladero de él, en el Maipo, fue una gran experiencia para mí.

 ¿Es más complicado hacer humor en estos tiempos?

Claramente hoy es mucho más difícil hacer humor o ese humor que se hacía porque la vida fue cambiando, los referentes también, si bien la base del humorista es siempre agarrar por el lugar equivocado, para mí el humor no tiene fronteras, pero es complicado en relación a la otra época, hoy aparecieron las redes, vos estás en un lugar cerrado, diciendo lo que dice un humorista, con la gente que paga una entrada, entonces el teléfono te filma y fuera de ese contexto, obviamente que queda desubicado, el humor no cambió, cambió algunos referentes con respecto a algunas cosas que también son para bien porque es muy importante que la libertad exista en todos, pero a mi nadie me va a inculcar nada porque yo sé los valores que tengo y tengo libertad para hacer y decir lo que me da la gana. No me parece mal que el mundo vaya para un camino donde la igualdad exista.

¿Crees que el progresismo influye de manera negativa a la hora de hacer comedia?

Está todo tan convulsionado que hoy lo que está arriba mañana está abajo. Cuando uno habla de progresismo, ¿de qué habla? ¿de que hay que seguir una línea como la de Maduro? que a los oponentes los mete presos y en algunos casos los asesina, o la de Putin. Los progres de hoy son los burgueses, y esos burgueses o neoliberalistas, como el Sr. Espert, hace una movida y dice que no paguen los impuestos, eso siempre lo dijo alguien de izquierda, no de derecha, bueno, ante esa mezcolanza, no podés pensar bien, cambiaron los referentes, el modo, cuando dije que era macrista, era una voz rebelde, nadie se animaba, ni mis compañeros de trabajo, que muchos recibían dinero. Mis amigos son mis amigos, tengan la ideología que tengan, el amor va más allá de lo que es una ideología. Si tener una ideología implica ser una dictadura, en mi caso, soy republicano y creo en la democracia.

¿Qué cosas positivas podés señalar del mandato de Mauricio Macri y qué cosas no te gustaron?

Me gustó su manera de pensar la Ciudad. Cuando se reían del “no se inunda más”, mirá ahora todo lo que pasó, cómo está el conurbano, en ese aspecto sinceramente, en tema gestión me pareció bueno, lo que no me gustó es no saber definir quiénes eran y no del pro, y el no tener la calle que tiene el peronismo, esa sensibilidad con respecto a lo social, hablo de los verdaderos peronistas, no otros que tienen sensibilidad con el dinero, como Insaurralde. 

¿Qué recuerdos tenés con Chicago?

El Gordo Vila, que es de Mataderos, y que en un momento dado quiso ser presidente de Chicago. Dejé de ir a la cancha porque fue tomada por el kirchnerismo como un montón de lugares, entonces, para qué voy a ir para que me putee gente que no entiende.

Este año comenzó de manera tumultuosa en el ambiente de la cultura. ¿Estás de acuerdo con los reclamos?

Cuando hablaban del INCAA y de todas las instituciones, donde el choreo estuvo presente y también el clientelismo, donde trabajan los amigos, en ese contexto, me reuní con Pablo Echarri, una persona a la cual quiero mucho y que si bien piensa distinto, es una persona que para mí tiene sus valores y él, en cuanto al  SAGAI, siempre defendió su posición. En esa reunión me explico cosas que hace SAGAI,  que me parecieron muy buenas y yo le dije lo que para mi no estaba bien. A mi todo lo que tenga que ver con la instituciones, lo que me molesta es que quien las dirija, robe, cuando nadie creía en nosotros, inventamos el Parakultural, lo cultura no desaparece nunca, lo que desaparece es estar subvencionado por el Estado para hacer cultura, algunos lugares seguirán subvencionados como el Teatro Colón, pero la cultura no necesita ser subvencionada, yo cobro una entrada por lo que hago, si me venís a ver es porque sirvo y sino es por que algo hago mal, o no es tan bueno, es un debate a futuro decir qué es lo que hay subvencionar y qué no en cultura. El Estado no debe hacerlo, salvo en lugares muy claros e importantes y que no tengan otra manera.

¿Cómo es estar a cargo de la dirección de ¿Qué somos? ¿qué cosas te da el matrimonio y qué cosas te saca?

“¿Qué somos?” es una comedia que yo escribí, que dirigí en colaboración con silvio Klein y que demuestra las peripecias de un muchacho que no quiere casarse. Su amigo habla del matrimonio, que si bien tiene una baja estima, yo creo mucho en eso, en las parejas que con el tiempo se consolidan para hacer una vida juntos, el hombre es un bicho de casa y le gusta cazar otros animales pero la mujer también tiene el derecho a hacer lo mismo. Yo siempre fui feliz con estos años que llevo casado. 

¿Quién es Juan Acosta? ¿cómo te definirías? 

Juan Acosta es parte de una historia reciente que tiene muchos matices pero a la cual soy contemporáneo, nadie me va a decir quién es Lucas Prodan porque yo lo conocí y tuve relación, nadie me va a hablar de la cultura de los 70, 80, y  90 porque fui parte. Desde chico me sentí artista, Juan Acosta es un artista en un mundo de muchos grandes artista, a mi me define que no cambio mis principios ni siquiera por un dólar, porque la verdad es que Juan Acosa viene de un lugar tan hermoso como es Mataderos, y se proyectó al mundo, donde tengo todo lo que aprendí de chico con mi familia y a mi alrededor. Aguante Mataderos.

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