Eduardo “Lalo” Rado, empresario, dirigente, automovilista, fanático de Vélez, nos cuenta su historio en el corazón de su club.
Elpidio González 5445, allí se encuentra Villa Luro Norte, un hermoso club lleno de chicos que disfrutan sus actividades, un lugar al mando de Eduardo “Lalo” Rado, docente, dueño de un frigorífico, automovilista, dirigente, fana de Vélez, entre tantas otras cosas.
“Yo estoy acá desde el año 96. Yo era resero de Mataderos, acompañaba a mi padrino, vivía en una presión, en un pasaje, Jerónimo Cortés. Yo tenía 10 años, estudiaba en la primaria, fue un tiempo. Nací en Mataderos, en ese pasaje, era un pasaje de pensión, era normal en esa época. La pobreza siempre estuvo”, me cuenta Lalo mientras me invita un café en su oficina del club de barrio que hoy luce muy diferente que en aquellos años.
Según él, “la pasión por Vélez nace por mi papá y mi mamá. Mi tío también, mis padres se conocieron en los carnavales de Vélez, incluso en este club había bailes, competencias. Cuando fui presidente la traje, de grande. La traje y me contó que la primera vez que salió con mi viejo, había sido aca”. Y en relación al desembarcó en el club, explica que “había un remisero que se llamaba Coco Iglesias, que era un delegado que iba a buscar a los pibes a las casas, me venía a buscar a mí, y normalmente me buscaba por el frigorífico y demás. Era más económico. Un día me pidió que traiga a los chicos a este club, y me encontré, en un partido de fútbol, con un club con entrada de chapa, sin bufet, una tapera, todo distinto. En los primeros años hice bastante. La crisis del 2001 la pude sobrellevar. Peor fue cuando lo tuvo que cerrar en la pandemia. Cada año hice una obra. Hay que generar más cantidad de chicos, que vengan al club, darle cosas básicas. Hay que tener determinación, la gente percibe cuando le das cosas sanas e invertís en el club, con buenos profesores, educados, baños buenos, que antes acá no había, o eran precarios. Acá saqué casi 8 volquetes de mugre. Estaba abandonado. Hay más chicos pero también creció la densidad del lugar. Hoy, al haber más chicos y los clubes grandes saturados,la gente se vuelca en estos clubes porque encuentran más contención acá, hacen mejor la actividad y luego sí se van a otros clubes más grandes. Acá había 45 chicos. Este club era de fulbito, y un bufet. Era un típico club de esa época”.
Su proceso para ser candidato
“El primer equipo que me enamoró fue el del 68, el que salió campeón. Ese año fue un triangular, River, Racing y Vélez y salimos campeones en la cancha de San Lorenzo”, afirma, mientras muestra una mueca de sonrisa y se mete de lleno en su proceso a ser candidato a la presidencia de Vélez: “yo era un tipo del club. Del deporte, de automovilismo, soy docente, siempre me gustó hablar con conocimiento. Un día, un muchacho vino a este club, lo conocí, esto fue de grande, aunque soy socio de toda la vida, y tuvimos una reunión, y me dijo que yo sería un buen candidato. Fui a un par de reuniones, querían que represente a un grupo intermedio, con un movimiento nuevo, de hecho hicimos una presentación en la cual vino mucha gente. Ahí me introduje en el mundo de la política. En las primeras reuniones hubo discusiones, todavía vivía Hector Gaudio, quien fue presidente de la integración. Al poco tiempo, se portaron mal conmigo. Es una larga historia, pero la realidad es que propusimos una nueva agrupación política, era difícil, estaba Gámez de presidente. Quedó el nombre de la V Azulada. Juntamos firmas, las presentamos y después lo ratificamos. La gente fue a firmar y pasamos las 700 que era el cupo de aceptación. Nos ayudó Gámez, en esa situación quizás creyó que dividiendo iba a ganar, con su masa de votantes, con su aparato. Perdió ahí nomás”.
Además, entiende y asevera sobre este deporte: “es así, si ganás en el fútbol, no te saca más nadie. Yo soy una máquina de hacer cosas, soy ordenado con la guita, transparente con esas cosas, soy dirigente de alma, donde estuve hice cosas, y le dedico tiempo. La gente puede cambiar la forma de pensar si hay buena comunicación, aunque la pelota no entre. Pero hay que hacer cosas que al socio lo entusiasme, ayudarlo, tener presencia ahí. Pero Argentina es una sociedad muy compleja, del amor al odio no hay paso. Hoy el fútbol es así, hay mucha ignorancia también. Al 80 por ciento de los públicos solo le interesa que en el fútbol le vaya bien”.
La actualidad del Fortín
Llegó el momento de hablar del actual presidente de Vélez, y, sobre esa figura, Lalo sostiene: “creo Berlanga es honesto, muy de Vélez, un buen tipo, que escucha, espero que siga escuchando, es un tipo humilde. Vendieron bien, compraron no sé si tan bien pero el equipo pasó de pelear el descenso a casi salir campeón, Heinze ordenó, Méndez también, Quinteros fue alguien que muchos no querían pero es un hombre que tiene su personalidad, no se casa con nadie, que jugó el fútbol e hizo cosas buenas. Separó a un par de jugadores y el equipo funcionó mejor”.
Las Sociedades anónimas deportivas fue otro punto importante de la charla, sobre la cual, el dirigente y corredor automovilista deslizó: “estoy a favor de las buenas gestiones. Hay clubes europeos que son grandes y sin fines de lucro. Vélez con una buena dirigencia, logrará muchas cosas, tenés que mantener un plantel, pagar a quien de verdad le tenés que pagar. No tenés que dar el club ni las inferiores, otra cosa es el fútbol profesional, pero tienen que poner plata de verdad, no un representante que meta 6 jugadores. Podés hacer cosas muy buenas y nuevas, en el estadio, dentro y fuera del club. Muchos dirigentes lo hacen por tres años, no piensan en el futuro. La proyección deportiva es para los tiempos que vendrán. Le dije a Berlanga que haga obras. Hay que jugársela a ver si cambiamos la vida del fútbol. Sino no cambia más. Para cambiar la mentalidad, hay que empezar con el ejemplo. Un buen dirigente siempre gobierna pensando en el futuro”.
Su vida en el automovilismo
Ya en la mitad de la nota, la pasión por los autos de carrera se hizo lugar: “Despacito hicimos los autos, del 97 al 2001 y ahí debutamos en 9 de Julio. Después volvimos a la CDA Metropolitana y se unieron las dos categorías, les permitimos algún beneficio para que sea más parejo y mejoramos mucho. Había ciertas reglas pero libertad de desarrollo, tenías mucho diseño. Hoy es el auto que más rápido dobla. Es pura tecnología. Estamos laburando en un proyecto de un auto más rápido, más rodado, motor más grande, autos más pesados, frenos más grandes. Será más grande y más cómodo. Nos llevó 20 años de evolución, primero porque no éramos millonarios, nadie nos ayudó, nunca pudimos pagar televisión porque no teníamos plata. Ahora la pagamos, y corremos a las 9.30 de la mañana. Tuvimos los objetivos claros y aprendimos entre todos. Correr este tipo de autos sigue siendo barato en cierta medida”.
Unos días previos a la nota con Lalo, falleció el Flaco Traverso, el recuerdo de un par hacia otro par, por parte de Eduardo: “A Traverso lo vi brillar, siempre corrió con lo mejor, siempre exigente. Él siempre fue muy exigente, era un ganador nato, guapo adentro de la pista, también tuvo su cuota de suerte, un piloto singular, único, tocados por la varita mágica, armador de buenos equipos. Compartimos fecha una vez, un tipo entrador, siempre me llevé bien con él. Me gustó cuando se retiró. Se fue como era él, a lo grande. Hace un año y medio que estaba mal, eso si creo que no lo merecía, me hubiese gustado que el final fuese diferente. No me gustó el final de su vida. Fue un buen tipo, nunca cagó a nadie, un tipo honesto. Controlaba muy bien los límites, tenía un concepto del límite extraordinario”
Al finalizar, Lalo expresó sus deseos personales para el futuro: “me hubiera gustado tener un puesto importante en Vélez con poder de decisión. No creo que tenga otra chance de ser presidente a esta altura. En relación a los autos, ver debutar los autos que estamos haciendo ahora y el deseo más grande es ver a mi nieto jugar en la primera de Vélez, los nietos son esos hijos que no pudiste ver de chiquito, la historia se repite, me encantaría verlo jugar en el club, que sea jugador de fútbol”.