La jura de Diego Santilli como ministro del interior marcó una nueva etapa en el gabinete de Javier Milei y un movimiento político de alto voltaje dentro del oficialismo. En un acto celebrado en la Casa Rosada, el presidente formalizó la designación de uno de los dirigentes con pasado en el PRO, en medio de la mirada atenta de antiguos compañeros de ruta y la ausencia notoria de Mauricio Macri. La ceremonia consolidó la estrategia del gobierno de ampliar su base política con figuras provenientes de otros espacios.
En diálogo con FRECUENCIA ZERO, Jaime Rosemberg, periodista acreditado en Casa Rosada, sostuvo que el nombramiento de Santilli “no fue un guiño al PRO, sino todo lo contrario”. Según explicó, se trató de “un paso más en la búsqueda de absorber dirigentes del macrismo”, una jugada que se enmarca en la intención de La Libertad Avanza de “implosionar” al partido fundado por Macri. Rosemberg destacó que en el acto hubo presencia de referentes cercanos al nuevo ministro, como Cristian Ritondo, pero ningún dirigente alineado hoy con el expresidente.
El analista remarcó que la designación provocó movimientos internos en el gobierno y tensiones con el Ministerio de Seguridad, encabezado por Patricia Bullrich, por el traspaso del RENAPER y de la Dirección de Migraciones. “Santilli se encontró con que le habían rebanado buena parte de su ministerio”, señaló Rosemberg, y agregó que el nuevo ministro busca revertir esa decisión. También anticipó que Santilli iniciará una ronda de reuniones con gobernadores para asegurar apoyos al presupuesto 2026.
En cuanto a la dinámica interna del Ejecutivo, Rosemberg advirtió que persiste una “tensa calma” entre los sectores que responden a Karina Milei y Santiago Caputo. Según su análisis, el nombramiento de Santilli consolida el predominio del ala más cercana a la hermana del Presidente, mientras el asesor político “mantiene un perfil bajo” tras varios reveses. “El triunfo ordena, pero las ambiciones personales pueden reavivar la disputa en cualquier momento”, concluyó.
