Inteligencia artificial para ordenar la gestión y potenciar el propósito de las Pymes

En un escenario donde la digitalización avanza sin freno y las pequeñas y medianas empresas buscan optimizar recursos en un contexto económico desafiante, la inteligencia artificial (IA) emerge como una herramienta capaz de transformar la gestión cotidiana. Lejos de imaginarse como un reemplazo del trabajo humano, especialistas destacan que su mayor aporte está en ordenar información, anticipar desvíos y ofrecer claridad para la toma de decisiones. En las Pymes, donde cada peso y cada minuto cuentan, ese diferencial puede significar desde mejorar la rentabilidad hasta reorganizar prioridades de negocio.

En diálogo con FRECUENCIA ZERO, Gisela Larzabal explicó que la IA “no viene a reemplazar personas, sino a ordenar lo que ya existe”, permitiendo ver datos que antes estaban desorganizados o escondidos entre múltiples planillas. Señaló que la tecnología ayuda a comprender dónde se gana o se pierde dinero, qué clientes aportan margen, qué costos se disparan y qué procesos consumen más tiempo del necesario. Según Larzabal, el aporte central de la IA en las PyMEs es ordenar las cinco variables críticas (beneficio, caja, rentabilidad, fondo de maniobra y balance) para que los equipos puedan tomar decisiones alineadas con el propósito del negocio. Además, diferenció los distintos tipos de IA aplicables al mundo empresarial: analítica, predictiva, generativa, cognitiva, automatización, visión artificial y sistemas en tiempo real, cada una con funciones específicas y adaptables al tamaño y madurez de la empresa.

Larzabal remarcó que todas las empresas deberían incorporar IA, aunque no necesariamente todos sus tipos. “La adopción debe ser estratégica”, afirmó, destacando que una PyME comercial puede empezar por ordenar ventas y márgenes con IA analítica, mientras que una industria necesita proyectar fallas mediante IA predictiva. También subrayó que cualquier empresa puede entrenar su propia IA con datos propios, lo que multiplica su precisión y utilidad. En un cierre enfático, recordó que “la tecnología ordena, pero el propósito guía”: la IA ordena, avisa y proyecta, pero las decisiones finales siguen siendo humanas.

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