La Ciudad POL

FIRMÁ PARA QUE PUENTE ALSINA SEA DECLARADO MONUMENTO HISTÓRICO

FIRMÁ LA PETICIÓN DE LOS VECINOS AQUÍ

El vecino Pedro Hugo Porto del barrio de Nueva Pompeya, encabeza desde su iniciativa personal, una cruzada en reconocimiento del Puente Alsina: lograr que sea declarado monumento histórico porteño.

Su petición no apunta solo a homenajear su condición de ícono absoluto del sur porteño, sino que además tiene como motivación especial su preservación edilicia, muy merecida si se tiene en cuenta que con más de 70 años, sigue prestando servicios a las comunidades bonaerense y porteña, con absoluta eficacia y consecuencia.

El vecino Porto con gran tino, recurre al afecto innegable que sienten los porteños por el querido Puente Alsina y busca que ese mismo lazo lo mantenga «sano y reconocido» como otros «colegas» de allende los mares, algunos con varos siglos de honrosa utilidad y significancia dentro de los países donde están alzados.

El trámite implicará juntar unas 10.000 firmas, pero a decir de un legislador al que consultó Noticiario Sur, este señaló: -No hay una cifra especial. Cuando el pedido es justificado, -como creo es este caso-, con solo la iniciativa alcanza. Eso, si: para nosotros los legisladores es un indicador claro de que no es cosa de unos pocos, sino un pedido de muchos vecinos.

Habrá que ver en el caso del Puente las cuestiones técnico legales, ya que el mismo pertenece a Nación, pero sin dudas es este un pedido muy bien fundamentado, así que a votar vecinos.

PUENTE DEL PASO DE BURGOS

Un tal Burgos era botero en el cruce más frecuentado sobre el Riachuelo al promediar el siglo XIX, a la altura de la actual avenida Sáenz.

Por aquel entonces existía únicamente el puente Barracas, mientras que en el resto del curso se acudía al servicio de los trajinistas como el citado Burgos, o bien se vadeaba el río con las carretas, como ocurría en el mismo Paso de Burgos y también en el Paso Chico y en el Paso de la Noria, más hacia el poniente.

La alta frecuencia de los transportes de pasajeros y cargas en el Paso de Burgos hicieron que en 1855 un español, dueño de un saladero sito en la orilla meridional del Riachuelo a la altura de ese vado, de nombre Enrique Ochoa, ofreciera levantar un puente de mampostería a su costa.

Habilitado en marzo de 1855 constaba de tres arcos de medio punto, de 7.05 metros de luz cada uno y un largo total de 23,25 metros entre estribos.

Esta obra constituye un hito importante en la historia de los puentes del riachuelo, por la técnica de avanzada que se recurrió para su erección.

Se desvió el agua, se usaron bombas de achique de madera con válvulas de cuero y se asentaron los pilares sólidamente sobre el fondo de tosca. Pero apenas pudo terminarse esta «fábrica» (como antaño se denominaban a las grandes obras), cuando ya las crecientes de Santa Rosa arrasaron la estructura de este primer puente de Ochoa que apenas existió medio año.

Sin embargo, como buen empresario que era, don Enrique Ochoa no se dio por vencido con este contratiempo y encaró un segundo puente.

El Ingeniero Carlos Pellegrini fue encargado de los planos y la ejecución, que se apoyaría sobre los cimientos y pilares del primero, aun cuando su concepción fuera diferente. Pero en vano resultaron los esfuerzos y el cambio de diseño: la avenida de agua siguiente se llevó también este segundo puente de Ochoa, que de tal modo es el único que habiendo sido ejecutado dos veces virtualmente no llegó a usarse como tal.

Pero sería un error pensar que así terminó este triste episodio. Cada fracaso es una enseñanza, con tal que se lo recoja como tal. Y así los colapsos sufridos por los malogrados puentes de Ochoa seguramente debieron haber servido para que futuros constructores tuviesen debidamente en cuenta las fuerzas que las aguas del Riachuelo saben desarrollar después de una lluvia copiosa. Exagerando un tanto diríase que los puentes realizados con posterioridad sobre el Riachuelo no hubiesen tenido éxito de no existir los antecedentes tristes pero valiosos de los dos puentes del Vasco Ochoa.Tanto es así que el propio Ochoa encara la realización de otro puente antecesor del actual puente Alsina.

De entrada se desechó la mampostería y los arcos como solución, y se encaró el asunto desde un punto diametralmente opuesto: Ochoa hizo traer del Chaco y Formosa vigas largas de excelente madera de urunday, lapacho y quebracho colorado para tender sobre las aguas una calzada de tablones de 30,45 metros de largo, sin columnas ni pilares, sólo sostenida por semiarcos reticulados que apoyaban en estribos sólidamente ejecutados en mampostería de primera.

Habilitado en 1859, este puente particular pero librado al uso público mediante cobro de peaje, resistió durante años el paso de carros y jinetes, de tropas y hacienda en pie. En 1885 el gobierno federal lo expropió contra el pago de 28.170 pesos, pero el puente como tal continuó prestando servicios hasta 1910 cuando fue reemplazado por otro, de mampostería y madera, sustituido a su vez en 1938 por el actual, sobreelevado, bautizado José E. Uriburu.

Enrique Ochoa, exponente característico de la era de los visionarios y los empresarios con iniciativa inquebrantable, había realizado su sueño. De su grandeza da cuenta otro hecho, marginal pero elocuente: durante el brindis de inauguración del tercer puente, el iniciador propuso que la obra llevara el nombre no de él, sino del Dr. Valentín Alsina. Este, que acababa de renunciar al cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires, le había brindado a Ochoa su valiosa ayuda para concretar el plan.

Don Enrique Ochoa había financiado el proyecto de su peculio. Y no fue poco lo que gastó: el primer puente, derrumbado, demandó una erogación de 300.000 pesos; el segundo, que también claudicó antes de tiempo, 200.000, y el tercero y definitivo la suma de sus predecesores: 500.000. Total, un millón de pesos. Para la época y por tratarse de capital privado, fue un monto extraordinario, pero a la vez una inversión brillante vistos los beneficios a largo plazo. Todos los prósperos municipios al sur del puente Alsina le deben en buena medida su progreso y bienestar: Valentín Alsina, Gerli, Lanús y otros, aun más distantes.

Injusta como frecuentemente es la historia, no ha sabido o querido mantener viva la memoria de Enrique Ochoa, quien falleció en 1867. Lo que en cambio sí perdura hasta nuestros días es el nombre del esforzado trajinista que precedió el puente: un barrio en el deslinde de las ciudades de Lanús y Avellaneda, rodeado por las villas Valentín Alsina, Spinola, Porvenir, Libertad y progreso, se llama oficialmente Villa Paso de Burgos.

El «Nuevo Puente Alsina», de carácter monumental y de estilo neocolonial fue iniciativa del Dr. Pablo Calatayud, ministro de Obras Públicas del Gral. Uriburu y proyectado por el Ing. José María Pérez. Fue inaugurado el 26 de noviembre de 1938 por el entonces presidente Roberto Ortíz y el gobernador bonaerense Manuel Fresco. Al poco tiempo pasa denominarse «Puente Presidente Teniente General José Félix Uriburu.

En la actualidad el nombre de «Puente Uriburu» fue reemplazado por el antiguo de «Puente Alsina», como testimonio de un espíritu democrático de desaliento a las denominaciones que hacen alusión a gobernantes de facto.

Fuente: Federico B. Kirbus, publicado en Todo es Historia Nº 225, enero de 1986

EL TEXTO DE LA PETICIÓN

Para:
Horacio Rodriguez Larreta, Jefe de Gabinete de Ministros
Mauricio Macri, Jefe de Gobierno

Me dirijo a usted, quien es quien camina la ciudad escuchando a sus ciudadanos para solicitarle se declare el Puente Alsina como Monumento Hístorico de la ciudad. Y que se lo arregle y pinte de forma tal de ponerlo en valor, del mismo modo que se hizo del lado de la provincia. Agradezco desde ya su gestión.

Atentamente

Pedro Hugo Porto
DNI13800482

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3 comentarios

  1. Acompaño con mi firma, la petición al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos, para que el «Puente Alsina» sea declarado Monumento Histórico Porteño».

  2. Acompaño con mi firma, para la petición al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos, para que el «Puente Alsina» sea declarado Monumento Historico Porteño», muchas gracias,

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