Cultura

WRC 10 Review: jugando en el barro y en la nieve

La nueva entrega del juego oficial del Campeonato Mundial de Rally FIA llega con pocos cambios profundos pero mucho más contenido, ideal para cualquier fanático de esta fascinante competencia.

WRC 10 esta disponible para PS 4, PS 5, Xbox One, Xbox Series X and Series S, Nintendo Switch y Microsoft Windows. Reseñado en PS5

La historia viva

WRC 10 es la sexta entrega desarrollada por el estudio francés Klyotonn, y esta familiaridad con la saga es evidente; cada aspecto del juego, incluso los que por ahí no tienen tanto brillo, está realizado con confianza. Al ser el videojuego oficial del Campeonato nos encontramos con todos los equipos y pilotos de la temporada 2021, en sus 4 categorías, y con 12 rallies del calendario (incluso los que fueron cancelados). De todas formas la mayor novedad la hallamos en el modo Aniversario, una celebración de los casi 50 años de existencia del Mundial de Rally. En este modo encontraremos distintos time trials inspirados en eventos del pasado, en los que podemos disfrutar de máquinas clásicas como el Audi Quattro, Toyota Corolla o el Lancia Stratos.

Si bien no hay demasiada profundidad, el enfoque es adecuado, con un menú aparte, y la variedad de autos es altamente representativa de la historia de la competencia. Además podemos utilizar estos mismos autos en las pistas modernas, y viceversa. Un mancha es que dos de los autos más reconocidos, el Subaru Impreza y el Mitsubishi Lancer, no están disponibles excepto en la versión Deluxe o en un futuro DLC.

Manteniendo la marcha

El juego en si es bastante similar a las entregas anteriores; no hay grandes cambios pero si pequeños ajustes. Como en cualquier juego de autos lo más importante es que la jugabilidad simule en cierta medida la sensación de controlar uno de estos vehículos a la vez que simplifica los mandos y nos entretenga. Hay que decir que en este aspecto WRC 10 brilla.

Cada coche se siente ligeramente distinto a los otros, y la sensación táctil que nos entrega el DualSense aumenta la inmersión: podemos sentir las pequeñas piedras que golpean los costados y la parte de abajo del auto a medida que volamos por las carreteras de tierra, y como las ruedas derrapan o se agarran al camino según el caso. Esta jugabilidad es la carta de presentación principal del título y el gancho que casi nos obliga a seguir jugando mientras tratamos de mejorar nuestros tiempos.

Aparte del modo Aniversario, tenemos como en todo juego que se precie time trials, rallys individuales y un modo carrera. Este último no tiene nada de innovador pero es funcional y entretiene.

De no tan nueva generación

Uno de los aspectos que más me decepcionó es el hecho de que para haber sido editado en PS5 el apartado gráfico deja algo que desear. Tenemos tres modos gráficos: Fidelidad Visual, Performance y Balanceado. El modo Fidelidad Visual presenta la mejor calidad gráfica, que tampoco es nada para resaltar, pero con constantes tironeos a 30 fps, difícil de digerir. El modo performance lleva los fps a 120, a costa de gráficos rebajados y con una pátina brillante molesta. Y el modo Balanceado es como su nombre lo indica un punto medio, 60 fps con gráficos a medias.

El problema está en que estos gráficos serían meramente aceptables en PS4 pero en la siguiente generación resaltan demasiado para mal, con pop in y texturas de media calidad en los escenarios. Es entendible que juegos desarrollados entre generaciones y disponibles para ambas no estén optimizados para la última consola, pero no deja de sentirse como una oportunidad perdida. Además, el juego no pareciera hacer uso del SSD para cargas ultra rápidas. Por su parte, el sonido si es un punto fuerte, muy bien logrado y realista.

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