Se cumple hoy (13/04) la cuarta jornada de paro de los trabajadores de la línea 60. La línea 60 transporta diariamente a más de 200 mil personas en ramales que se extienden entre la terminal porteña de Constitución y las bonaerenses de Tigre y Escobar.
Ellos le reclaman a la empresa la reincorporación de trabajadores despedidos, el cambio de tareas para 13 choferes y la correcta liquidación de haberes.
Desde la empresa, Marcelo Pasciuto, presidente de Monsa, aseguró que los delegados sindicales de esa compañía quieren formar una cooperativa para manejar la empresa.
«Todo es violencia y presión», se quejó el empresario, quien sostuvo que Monsa «es una firma que está al día, que tiene un parque automotor bárbaro, con coches nuevos».
«El 90 por ciento de los trabajadores está conforme, pero el cuerpo de delegados los amedrentan y no los dejan trabajar», advirtió Pasciuto.
El directivo comentó que el conflicto se originó cuando «uno de los trabajadores con los que se cortó el vínculo laboral fue encontrado trabajando en la vía pública, mientras tenía parte de enfermo, y otro había sido inhabilitado tras protagonizar un accidente de tránsito en el que hubo una víctima fatal».
«Los delegados quieren que se reintegren a trabajar a nuestra empresa, cosa que no compartimos», puntualizó.
El miércoles el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria y un día antes instó a la empresa a dar una respuesta a los reclamos de los choferes, pero ninguna de las cosas sucedieron.
En este contexto, los delegados denunciaron que la empresa envió telegramas en los que advierte que si no se cumple la conciliación obligatoria habrá más despidos.
Néstor Marcolín, uno de los delegados, dijo a La Nación que varios de sus colegas gremiales recibieron telegramas con «amenazas de juicios de desafuero». Ayer jueves hubo una reunión en el ministerio de Trabajo, pero no se logró un acercamiento entre los empresarios y los choferes debido a que los representantes de la empresa no asistieron a la cita, según informaron los trabajadores.
En estas condiciones, los delegados decidieron continuar con el paro y este mediodía harán una asamblea en la que decidirán acatar o no la conciliación obligatoria.
«Quieren apagar el fuego con nafta», indicó Marcolín, aunque no se mostró sorprendido por la medida. Conocciendo a esta patronal, que echa a compañeros que se enfermaron trabajando, seguramente pueden hacer esto y mucho más. Nos quieren meter miedo», agregó.
Un poco de historia
La empresa Microomnibus Norte S.A. (MonSA) inició sus actividades en 1931, con 82 vehículos y la innovación de prestar los servicios a frecuencia estable, durante las 24 hs, con personal de conducción uniformado.
Los servicios se prestaron entre las cabeceras de Plaza Constitución y Canal San Fernando hasta 1934, cuando obtuvo una concesión de la Provincia de Buenos Aires, que fue ratificada en 1940.
Por esa concesión, los servicios de la Línea 60 lograron quedar afuera de la Cooperación de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires, que por entonces se habían apropiado de todas las líneas de colectivos con cabecera en la capital federal.
El parque móvil de la empresa fue creciendo en el Área Metropolitana: a su recorrido original se le sumaron sucesivas ampliaciones, con incorporación de nuevas terminales: Rincón de Milberg, General Pacheco, Escobar, Ingeniero Maschwitz, etc.
El siglo 21 comenzó, para MonSA, con dificultades financieras que provocaron, al llegar a $ 50 millones su pasivo, su convocatoria de acreedores ante el Juzgado Civil y Comercial Nº3 de Campana y la transferencia del paquete accionario mayoritario, en medio de disputas internas con los accionistas minoritarios.
Los accionistas minoritarios embistieron contra los directorios presididos, sucesivamente, por Hector Ramos, Alberto Lareo y Julio Marcelo Pasciuto, a quienes acusaron de administrar mal la empresa que, dijeron ellos, es rentable. Agregaron que tanto el sindicato Unión de Tranviarios Automotor (UTA) como la Secretaría de Transporte de la Nación permitieron las supuestas irregularidades.
La información inicial acerca de la transferencia de MonSA provino de Rosario, provincia de Santa Fe: Agustín Bermúdez, titular de Rosario Bus y de Azul Sociedad Anónima Transporte Automotor (línea 41 en la capital federal y 203 en el Gran Buenos Aires), entre otras.
Bermúdez confirmó que estaba negociando entre el 10% y el 20% de MonSA.
La noticia de la venta despertó el interés de los usuarios, que formaron el grupo en Facebook “No al vaciamiento ni a la venta de Monsa línea 60”.
Cuando habló Bermúdez, se afirmó que Dota SA (Doscientos Ocho Transporte Automotor Sociedad Anónima) se quedaría con 40% y el accionista Héctor Ramos conservaría su 20%.
Pero Bermúdez terminó demandando a Dota. La versión sostuvo que Bermúdez habría anticipado dinero a los ex accionistas de control de MonSA, quienes terminaron vendiendo el 80% a Dota.
Se dijo que Bermúdez, para ingresar a MonSA, incluyó, sin éxito, la oferta a Dota de 2 líneas que controla: 41 y 19.
Dota surgió a partir de la operación de la línea 28, y sus acciones se repartían entre un grupo de socios liderado por Luis González.
Pero lo interesante fue que, de inmediato, MonSA inició un plan de modernización de sus unidades, incorporando 180 ómnibus, 1er. tramo de una inversión de más de US$ 40 millones para renovar toda la flota de 378 vehículos.
La noticia la presentó el entonces secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, quien con su presencia legitimó las sospechas acerca de sus vínculos con Dota.
Pero el plan de modernización de MonSA fue consecuencia de la relación existente entre Dota e Industria Agrale, quien produce chasis y arma motores para microómnibus, con carrocerías de Metalpar, Nuevo Bus, TATSA y Todo Bus.
Agrale se empeña en cubrir el espacio que El Detalle cuando cerró en 2003 (quiebra, previo concurso en 2001), con el chasis más exitoso no fabricado por Mercedes Benz, el OA101, de bajo consumo y bajo costo de mantenimiento.
Dota es dueña de la representante oficial de Agrale en la Argentina, Mega Car.
La brasileña Industria Agrale, que preside Flavio Crosa y gerencia Alfredo Barro, obtuvo a comienzos de 2008 un decreto de Cristina Fernández para funcionar como terminal de industria automotriz para chasis livianos, chasis de media capacidad, comúnmente conocidos como minibús, y también los camiones que van de 6, 8 hasta 13 toneladas.
Por lo tanto en el país, Dota es Agrale, y Dota es MonSA, y así se sostiene la expansión del grupo de autotransporte, que compite con Grupo Plaza (hermanos Cirigliano) por quién tiene el mayor volumen de negocios.
Fuente: Urgente24