Lost Ruins Review: Castlewaifus y mazmorras
Lost Ruins es un side scroller 2D financiado en Kickstarter por Altari Games de Corea del Sur; que mezcla animé con mecánicas clásicas y bastante complejas de los primeros Castlevania.
Lost Ruins está disponible en PC y saldrá en consolas a finales de este año.
Inocencia perdida
No es extraño pensar que los japoneses tienen una fascinación por sus protagonistas femeninas en peligro; enfrentando monstruos en paños menores. Este concepto sexualizado de la mujer está muy presente en el animé (no en todos, claro) y muchas veces no tiene ninguna lógica dentro del argumento; solo funcionan como fan service (para satisfacer al público o, en este caso, al jugador).
En Lost Ruins no se abusa tanto de este recurso, pero no dejo de pensar ¿en qué suma al argumento? El juego está protagonizado por una chica adolescente de escuela que ha perdido su memoria y llega a un calabozo. Allí se encuentra con una misteriosa maga llamada Beatrice, que le dice que si quiere respuestas debe enfrentarse a las diversas guardianes o monstruos que también toman forma de chicas con uniforme escolar. Esa es toda la historia, sin más preámbulos. Tiene finales diferentes según ciertas decisiones que podemos tomar en la aventura.
Hay algunos personajes secundarios que tienen almas atrapadas y que desean continuar su camino. Para ello, debemos buscar algo que nos piden y listo. Toda la historia está contada desde diálogos en textos.
La construcción de nuestra heroína es clásica dentro del sistema animé; pero no presenta un arco de aprendizaje, lo cual termina siendo el error de este tipo de historias. Una chica o chico puede ser inocente al principio de su aventura, pero a medida que avanza y derrota a los enemigos puede comprender el valor de su fuerza o creérsela y ser egocéntrico o convertirse en un sádico que no piensa en sus actos. Sin estos cambios, la inocencia de esta protagonista no aporta nada a la historia.
¿Muy difícil o muy fácil?
Lost Ruins absorbe mucho de Castlevania: Symphony of the Night. Tenemos una barra de vida y otra de mana. Dos tipos de ataque para elegir entre nuestro repertorio de armas de una o dos manos (espadas, frascos que explotan cuando los lanzamos, arcos y flechas). Y después, ataques mágicos de fuego, electricidad, veneno o hielo que consumen nuestro mana.
Podés saltar y esquivar los ataques; pero tengo que confesar que la falta de agilidad de la protagonista fueron determinantes para perder algunas partidas.
Después, podemos colocarnos ciertas mejoras permanentes y consumir una variedad casi irrisoria de comestibles como jamones, pociones, manzanas, etc.
No hay dudas de que se ha pensando bastante en cuanto a variedad (aunque en definitiva siempre vamos a optar por tener el arma con mayor daño). Y esto se debe a que hay un desbalance entre nosotros y el enemigo. A favor y en contra nuestro.
Mi primera experiencia con el juego fue bastante frustrante. Mis armas no hacían tanto daño y con dos o tres golpes me era boleta. Aparte, al principio la única manera de conseguir recuperar bastante vida era derrotando enemigos.
Cuando pude saber mejor cuándo esquivar y cuándo atacar, logré pasar el primer nivel y la primera boss. Luego, casi sentí lo contrario. Si encontraba un arma con mayor ataque y aprendía los movimientos de los duendes, soldados de nieve u otros enemigos, no había desafío. Y llegaba sin problemas hasta el siguiente boss. Claramente, Lost Ruins tiene un problema de balancear bien cuándo ponerse complicado y cuándo ser un paseo en la plaza.
El mapa es bastante lineal. Esto no es malo, pero no hay puzzles muy complejos que puedan detener nuestro paso. Ni hablar que los cuartos secretos no son tan «secretos».
Por último, sí me gusto bastante cómo los elementos afectan el entorno, a los enemigos y a nuestra protagonista. Si hay aceite en el piso y tiramos una bola de fuego se prende todo y nos hacemos daño. Lo mismo si electrocutamos el agua.
Un gran trabajo nostálgico de diseño
En donde mejor se desempeña Lost Ruins es en su apartado visual. Las animaciones de los enemigos son muy buenas; salvo la forma de caminar de nuestra protagonista, que tampoco me cierra.
Los biomas o diferentes escenarios se diferencian bastante y tienen cada uno su tonalidad de colores pixelados.
Sumado a unos dibujos en 2D cuando hablan las protagonistas con una animación más clásica de animé.
Con respecto a la música, acompaña sin molestar pero tampoco sorprende. Hay un gran trabajo sonoro en los golpes y efectos; aunque odie cómo gime la protagonista cada vez que es golpeada (reitero: son todas decisiones de construcción, pero que no aportan).
Requisitos de Sistema
MÍNIMO: SO: Windows 7 – Procesador: 1.6 GHz – Memoria: 2 GB de RAM – Gráficos: 512MB – DirectX: Versión 11
Almacenamiento: 600 MB de espacio disponible.
RECOMENDADO: SO: Windows 7 – Procesador: 2 GHz – Memoria: 4 GB de RAM – Gráficos: 1GB – DirectX: Versión 11
Almacenamiento: 1 GB de espacio disponible.
