Eldest Souls Review: ¡Como pegan estos Dioses Antiguos, che!
La fórmula “Souls”, haciendo referencia a la saga de From Software, ya se convirtió en un género en si mismo hace rato. Fallen Flag Studio, ya desde el título de su nuevo juego, no disimula ni un poquito sus influencias en Eldest Souls.
Eldest Souls está disponible para Playstation 4/5, Xbox One, Xbox Series X/S, Nintendo Switch y PC.
Indiana Jones y la última cruzada
Cuenta la leyenda que en el principio de los tiempos solo había polvo. Nada más. De ese mismo polvo espacial se formaron la Tierra y la Luna. Miles de años pasaron, y la Luna se fragmentó arrojando sus trozos hacía la Tierra. De uno de esos trozos nació la Humanidad; de otro de ellos aparecieron los Dioses. Ambas razas convivieron en paz y armonía por cientos de años, hasta que el malvado dios Eksyll convenció a sus hermanos de que la Humanidad era una raza inferior que existía para servirlos a ellos, no para ser sus amigos. Los Dioses terminan convencidos por las argucias de Eksyll, y utilizando sus capacidades superiores logran esclavizar fácilmente a los humanos.
Otro par de cientos de años transcurren. La Humanidad planeó su liberación por mucho tiempo, y finalmente se lleva a cabo la Última Cruzada. Los Dioses son derrotados y aprisionados en La Ciudadela, una ciudad-fuerte preparada para retenerlos. Pero el costo de tan terrible batalla llevó a la Humanidad al borde la extinción.
Algunos años más pasan en paz, pero por supuesto esto no iba a durar. Eksyll se libera de su prisión y hace lo mismo con sus hermanos vivos. Los Dioses, en venganza, secan la tierra, drenan los ríos y convierten al planeta en un desierto árido. La Humanidad está tan diezmada que ya no es rival para ellos. La Luna, viendo la situación, lanza un último fragmento a la Tierra: un trozo de la más pura obsidiana. El único material que puede dañar a los Dioses. Con una espada hecha a partir de este fragmento, un guerrero solitario pone rumbo hacia la Ciudadela…
Que pase el que sigue
Eldest Souls no sólo bebé de la fuente de From, sino también de otro género no tan popular pero igual de poco amigable: el denominado Boss Rush. Para el que no lo conozca, un Boss Rush es aquel juego donde nuestros únicos enemigos son, literalmente, bosses. No hay ningún otro enemigo en el game más allá de una seguidilla de jefes con mecánicas diferentes, y el secreto siempre está en estudiar el patrón de ataque de cada uno de ellos y actuar en consecuencia. Ejemplos de este estilo de juegos son Shadow of the Colossus, Furi o Titan Souls.
En el caso de Eldest Souls, nos enfrentamos nada más y nada menos que a 10 bosses seguidos, todos con mecánicas diferentes y dificultad progresiva, y todos ellos nos van a hacer pasar malos ratos asegurados, revolear el joystick e insultar, al menos hasta que aprendamos como reaccionar ante cada movimiento que hacen y evitar que nos toquen.
Para hacer las cosas aún más complicadas, todos los jefes tienen dos fases, activándose la segunda de ellas al momento en que les quede solo la mitad de su barra de vida. Esto provoca que cambien su set de movimientos e incluso algunos de ellos cambiarán de aspecto, así que no solo debemos aprendernos de memoria todo lo que el jefe haga en su primera fase sino también en la segunda, teniendo que arrancar siempre de cero en caso de morir. Suena todo difícil. Y si, es todo muy difícil.
Los restos de la humanidad
Si uno tiene la suficiente paciencia y habilidad para ir, aunque sea de a poco, avanzando, se va a encontrar con una historia muy interesante que se nos va revelando en los pocos momentos de tranquilidad que tenemos entre bosses. Nuestro guerrero sin nombre se cruzará en su camino con algunos humanos sobrevivientes e incluso con algunos Dioses que estuvieron en contra de la guerra y terminaron heridos o sin sus poderes. Además de contarnos detalles de los sucesos de la Cruzada, algunos de ellos nos pedirán o brindarán ítems a cambio de que realicemos alguna búsqueda o eliminemos a un jefe específico. Todos los ítems recibidos de éstas submisiones nos darán alguna ayuda en nuestra batalla, y créanme que toda ayuda es más que bienvenida.
También podemos encontrar diferentes objetos y documentos en los campos de batalla, donde los cadáveres de la Cruzada se siguen pudriendo en todos los rincones. El sistema de subquests es en general sencillo, basándose mayormente en un sistema de intercambio de ítems entre NPCs, agilizado además por un método de teletransportación a través de cristales que vamos activando en diferentes puntos del mapeado y que nos permiten movernos al instante entre un punto y otro, además de servir como puntos de guardado y respawn en caso de que muramos.
La preparación es muy importante
Nuestra mejor (y única) amiga es la gigantesca espada de obsidiana que llevamos, digna de Guts de Berserk. Sin embargo, a medida que vayamos derrotando a cada uno de los bosses podremos ir adquiriendo habilidades que van a hacer nuestra travesía un poquito menos sufrida. Cada jefe vencido nos dará una piedra de su alma y un punto de habilidad. Las piedras se pueden colocar en cuatro diferentes slots que corresponden a nuestro cuerpo, arma y habilidad de esquivar, y cada una de ellas nos otorgará una cualidad diferente dependiendo de que parte del cuerpo y que piedra de boss seleccionemos.
Los puntos, por su parte, pueden utilizarse en tres árboles de habilidades diferentes: uno enfocado en la autosanación y ataques de viento, otro en la fuerza berserker y el fuego, y por último uno basado en la protección y la tierra. Elegir de que manera queremos acercarnos a cada batalla es un pilar fundamental del juego, y hay que descubrir no solo que método nos resulta más cómodo sino también cuál es más efectivo para dañar a ese boss específico. Por suerte, todos estos ítems pueden ser removidos de cualquier árbol y colocados en uno diferente a voluntad, de manera que si vemos que algún boss no está recibiendo suficiente dolor, podemos probar diferentes variantes hasta encontrar la que más sufrimiento le cause.
Pixel Art del Bueno
Pasemos a los aspectos técnicos del juego. El diseño está realizado completamente en pixel art, emulando los gráficos de los clásicos juegos de 8 y 16 bits. Aún así, tanto los personajes como los escenarios exhiben un alto nivel de detalle y dedicación. Los bosses en particular son especialmente destacables, sufriendo varios cambios y transformaciones a lo largo de la batalla que nos sorprenden y nos frustran se maneras tipo “Uh, no se murió este bicho todavía?”. El mapeado no es muy extenso, pero cada uno de sus sectores tiene una ambientación particular. Un castillo abandonado, una prisión, campos de batalla, bosques congelados, todos ellos no solo con un alto nivel de detalle sino también con su propia iluminación, que baja o sube de acuerdo a cuan cerca estemos de cada sector.
El sonido, por su parte, también es destacable. Los recorridos por el mapa suelen tener fondos musicales tenues, que alimentan la tensión. Cada boss battle tiene su melodía de corte épico, que nos mete a fondo en la pelea y nos da una sensación mezcla de miedo a lo que nos estamos enfrentando y ánimo de que vamos a salir bien parados, y más de una de ellas se nos va a grabar en el cerebro después de que la escuchemos cincuenta veces seguidas tras morir cada vez contra ese mismo jefe.
El juego no tiene voces grabadas más allá de la intro, pero todos los NPCs que encontremos harán sonidos diferentes cuando les hablemos, que transmiten las sensaciones y sentimientos por los que están atravesando, como dolor, tristeza, furia o deseos de venganza.
Nada nuevo pero todo bien hecho
Eldest Souls termina resultando en un producto que no inventa nada, pero ya desde el título nos damos cuenta de que no busca innovar tampoco. Las peleas con bosses difíciles ya las vimos en mil juegos con influencias soulslike, la historia es entretenida pero tiene puntos en común con todas las fantasías épico-medievales que se nos ocurra, y la saña que tiene y frustración que nos produce es bien propia del género Boss Rush, que no es tan popular ni personalmente me llega al alma como un soulslike, pero va a gustar a aquellos que gocen muriendo mil veces y aprendiendo de cada muerte. Si buscas algo más cerca de un juego de From, no es por acá. Si te gusta algo mucho menos amigable y con herramientas mucho más limitadas, podes darle una oportunidad a Eldest Souls. Eso sí, venite preparado para sufrir mucho.
Y si sos masoca extremo, después de terminar el juego podés probar un NG+ donde todos los bosses tienen stats más altos y cambian toda su rutina de movimientos, o tratar de sacar los logros de pasar cada uno de ellos sin que nos toquen ni una sola vez o terminar el juego completo sin ni una sola muerte.