Argentina mira de reojo la crisis del ’89
La inflación cortó su pequeña desaceleración. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) marcó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de junio alcanzó el 5,3%. De esta manera, los primeros seis meses del año acumularon un 36,2% y los últimos doce meses se posicionaron en 64%, convirtiéndose en la cifra más alta de los últimos 30 años.
Salud (7,4%), Vivienda, agua, electricidad, gas y otros (6,8%), Bebidas alcohólicas y tabaco (6,7%), Restaurantes y hoteles (6,2%), Equipamiento y mantenimiento del hogar (6%) y Prendas de vestir y calzado (5,8 por ciento) se ubicaron por encima del promedio general.
En términos estacionales, los productos sufrieron una variación del 6,6%, como consecuencia del aumento en verduras, tubérculos y legumbres. Al mismo tiempo, los Regulados registraron un 5,3%, producto de subas en medicina prepaga, las tarifas de electricidad y gas, y cigarrillos.
Luego de conocerse el número, el columnista económico José Castillo afirmó, en diálogo con FRECUENCIA ZERO, que junio echó por la borda la idea de descenso tras el 6,4% de marzo. Es que, tal como había anticipado, abril y mayo darían a la baja por una cuestión estacional.
De cara a julio, habló de incrementos de la época del año, vinculados a las vacaciones de invierno. A su vez, hay elementos particulares, como tarifas y prepagas. Por lo tanto, consideró que el piso será del 7%, sobre todo con los movimientos de los últimos diez días. De este modo, sostuvo que el valor no llegará al 8% si el Gobierno logra estabilizar un poco la situación.
Castillo recordó cuando los funcionarios planteaban la necesidad de cerrar con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La justificación eran las consecuencias de darle la espalda: dólar a $300, riesgo país por encima de los 1800 puntos e inflación de tres dígitos. «Hizo el acuerdo y pasó lo que decían que ocurriría sin el acuerdo», expuso.
En resumen, el especialista aseveró que la Argentina está en un escenario previo a la de una gran crisis. La diferencia es que hoy no hay protestas y movilizaciones en las calles que ameriten la crisis. Desde su perspectiva, hay una situación similar a la del ’89, en la que se ajustó por inflación.