DESAPARECIDOS EN DEMOCRACIA
LA desaparición de Candela Rodríguez y la multitudinaria cobertura de los medios acerca de ella, fueron el puntapié inicial para que los argentinos volvamos después de mucho tiempo a hablar de personas desaparecidas.
Muchos son los interrogantes pero elijo dos; ¿porque la mayoría de los argentinos desconocíamos la existencia de más de 500 personas desaparecidas? y ¿cuáles pueden ser las causas de dichas desapariciones?
No hay un solo culpable por el que la sociedad argentina desconozca la cantidad de desaparecidos -y a cada uno de ellos-, sino que el Estado (entran en esta categoría los tres poderes del mismo), los medios y la misma sociedad desinteresada, -a no ser que sea el tema más hablado de la semana-.
El Estado debe difundir -al igual que los medios de comunicación- información acerca de cada una de esas 500 personas para que sea más fácil su localización. También debiese el estado preguntarse -al igual que nosotros- el porqué de esas desapariciones. Los medios siempre debiesen darle la real importancia a esta problemática y no solo ocuparse una semana de lo sucedido para luego tapar todo como si nunca hubiese sucedido.
La sociedad también debe tomar cartas en el asunto, ¿cómo?: exigiendo saber más e informándose de los porqués y no conformarse con lo que vemos en la tele, escuchamos en la radio o leemos en los diarios.
Las causas de las desapariciones suelen ser muy diversas, pero existen dos que son interesantes y sumamente controversiales. La primera es la del “escape”, o sea: la desaparición voluntaria para alejarse, esconderse o huir de algo. ¿No deberían existir organismos que den la contención suficiente a las personas que llegan al límite de desaparecer voluntariamente?
La segunda razón y a mi entender la más preocupante es el crecimiento del crimen organizado, y especialmente de la trata de personas. Para que esto se cumpla, se cae de maduro que existe un círculo perverso conformado por miembros de las fuerzas de seguridad, la política y la justicia, -además de los responsables del delito-. Para combatirlo habrá que romper una por una esas uniones. Para ello debemos informarnos, colaborar difundiendo desde Facebook o la red social que sea, desde nuestro blog o desde cualquier lado, pero siempre emitiendo información responsable de la que tengamos certeza para no confundir aún más a quienes quieren informarse.
Para concluir me gustaría decirle lector, que acaba de adquirir un compromiso a través de la manera que crea más conveniente para luchar por que en nuestra DEMOCRACIA, no hayan más DESAPARECIDOS.
Ezequiel Stabile