Las circunstancias están dadas. Estimo procedente que el Gobierno Nacional, a través del Embajador destacado en el Vaticano, haga llegar una misiva al Papa Benedicto XVI, solicitándole la beatificación de Néstor Kirchner. Le recuerdo que consiste en un procedimiento eclesiástico, mediante el cual, el Papa declara que un fiel difunto goza, por sus virtudes, del cielo y es digno del culto. Es el paso previo a la canonización, acto a través del que la Iglesia Católica, u otra confesión religiosa, declara SANTO a una persona fallecida.
Si bien soy devoto de San Isidro, sin hacerle asco a Palermo y La Plata, entiendo se trataría de un acto de estricta justicia. Solo quedaría por resolver el tema de “la pilcha” con la que se le presentaría, habida cuenta de la extemporaneidad del “saco cruzado”, ¿comprende?.
Ud. me dice que a ciencia cierta, no sabe si le estoy hablando en serio o en joda. ¡Vea!; en éste caso, el problema es suyo. Sigo.
De ésta manera, además de los mausoleos, nombres de calles y avenidas, monumentos, e impresión de los nuevos pesos fuertes de 500 con la imagen en filigrana del susodicho, la idea, de ser aprobada, permitiría la emisión de cientos de miles de “estampitas”, que niños y adultos dispuestos a tomar “la comunión”, podrían ofrecer a familiares, amigos y vecinos, procedimiento éste que siempre ha tenido por finalidad “el hacerse de unos mangos”, circunstancia que se compadecería plenamente con la principal misión del Beato.
Por otra parte, conseguida ésta, la canonización se convierte en un mero trámite, y daría lugar a que varios muchachos de la UOCRA, resuelvan el problema ocupacional por el que atraviesan. La construcción de una Iglesia que bien podría denominarse “Iglesia San Néstor”, “Iglesia San Néstor de Santa Cruz”, o “San Néstor del Cono Sur”, se podrá encarar con el tiempo suficiente, emplazándosele en el lugar que hoy ocupa el obsoleto e inexpresivo Obelisco. La particularidad de ésta Iglesia, consistiría en contar con la imagen de un solo Santo…el Néstor, cuya ornamentación interior podría decorase con retratos de El Ché Guevara, Joseph Stalin o Muammar Khadafi, a quien se podría mostrar acompañado de la Señora y otros tantos líderes de los principales países del Planeta, quienes le prodigaban toda suerte de reverencias, hasta que le bajaron el pulgar.
Por último y como mero detalle, la tradicional Hostia, podría ser remplazada por el popular “choripán”, acompañado por una botella de ½ “totín” de la casa, una buena manera de estimular la presencia de “fieles” que celebrarían de ese modo el sacrificio de Cristo, conforme al significado más estricto de la palabra “misa”.
Ricardo Jorge Pareja
