BRASIL 2014: EL ESCÁNDALO AFA DE REVENTA DE ENTRADAS
Reventa de entradas: la trama del escándalo que salpica a la AFA
HAY EFECTIVO
Las repercusiones involucran cada vez más a la entidad que preside Julio Grondona; no hubo aclaración de los dirigentes sobre las sospechas
Por Carlos Beer y Alejandro Casar González | canchallena.com
La pelota dejó de rodar hace dos días, pero lo que siguen girando alrededor del Mundial de Brasil son algunos escándalos. Y uno de los principales, el de la reventa de entradas, involucra directamente a la Asociación del Fútbol Argentina. Demasiados puntos oscuros pintan este panorama en el que la AFA queda demasiado manchada y sin dar respuestas que aclaren la situación.
Todo estalló por una cámara oculta realizada por ESPN Brasil en la que se ve al gerente de selecciones de Argentina, Omar Souto, vendiendo entradas para el partido contra Bélgica, por los cuartos de final. La AFA tiene, como todas las Asociaciones que jugaron el Mundial, 700 entradas por partido a su disponibilidad para comprar y luego vender al precio oficial a quien considere. Desde que estalló el escándalo, ninguna voz oficial salió a decir adónde fueron a parar esos 4900 tickets que cayeron en manos de la entidad que preside Julio Humberto Grondona, una respuesta que están esperando la FIFA y todo el ambiente del fútbol, ya que las denuncias lo rozan a él y a su hijo Humberto y otros dirigentes. La FIFA les da facilidades a las asociaciones para comprar entradas. Se trata de un máximo de 700 por encuentro para cada país. Es decir, un total de 4900 para los primeros cuatro.
La voz oficial la tomó Luis Segura, el vicepresidente de la AFA, que hizo una defensa con aire naíf: «Si una de esas personas se llevó la entrada y la revendió, ¿qué culpa tenemos nosotros? No podemos acompañarlo hasta la cancha para que entre», declaró Segura a Radio Mitre y al canal Todo Noticias.
Según pudo reconstruir la nacion de diversas fuentes, todos los compradores debían presentar una fotocopia de su documento o pasaporte para acceder al ticket. Con esa información, la AFA elaboró un listado -que se actualizaba partido a partido- de los hinchas que adquirieron las entradas en estos improvisados puntos de venta, siempre al precio oficial. La pregunta del millón es: ¿por qué no se divulgó esta información hasta ahora? «Hay un derecho a la privacidad que tenemos que respetar», dijeron ayer altas fuentes de la AFA.
La entidad de la calle Viamonte se evita, así, futuros problemas legales por parte de los compradores. ¿Qué pasa, por ejemplo, si la AFIP usa esos datos en contra de los compradores? El hermetismo, sin embargo, también deja lugar para la suspicacia: ¿qué pasa si entre los compradores aparecen barrabravas? «Sí, absolutamente la daremos sin problemas», fue la respuesta que brindó un hombre importante de la AFA al ser consultado sobre la posibilidad de que la policía brasileña o la FIFA requieran la nómina de los compradores y el importe de las entradas adquiridas. Los tickets vendidos bajo esta modalidad tenían rasgos en común: tenían impreso el nombre de alguna entidad afiliada a la AFA («Liga Goyense de Fútbol», «Liga Cordobesa de Fútbol», por ejemplo).
Ayer trascendieron más detalles. Uno de los argentinos que le compró boletos a Segura es Demian Tujsnaider, director general de Rentas y mano derecha de Carlos Walter, el titular de la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos de la Ciudad de Buenos Aires. A raíz de ello, fue demorado en Río de Janeiro por la policía local, en el marco de la investigación por estafa en la reventa de la cual se informa en la página 4: «Combiné por teléfono con él que me iba a comprar los pases de ingreso al partido y que, según lo acordado, tenía que pasarlos a buscar por el hotel donde estaba hospedado», dijo Tujsnaider, que no tuvo inconvenientes en ver la final ante Alemania al comprobarse que el ticket que había comprado era legítimo.
La FIFA ayer salió a aclarar algunos aspectos importantes sobre el tema de la disponibilidad de entradas. «Durante la segunda etapa de la competición, algunos aficionados viajaron a los sitios de los partidos de sus equipos sin sus entradas. Con la intención de ayudar a ellos, la mayoría de los miembros de la FIFA compra billetes para su posterior distribución por el mismo valor nominal. Como se trata de un servicio sólo para el beneficio de los aficionados, la FIFA permite esta práctica por las asociaciones miembros y esto no debe ser confundido con el mercado negro», publicó la FIFA en un comunicado oficial.
Cada entrada lleva el nombre del adquirente, por ejemplo, Julio Grondona o Asociación Cordobesa de Fútbol, pero no el el destinatario definitivo, que si supuestamente figura en las planillas de la AFA.
En varios casos se sabe que los dirigentes le pedían al comprador el pasaporte para adquirir esos tickets, como les sucedió a dos periodistas de LA NACION. Pero al no informar sobre el global, todo entra en una nebulosa y aumenta las sospechas. Tanto que Pablo Álvarez, jefe de la barra brava de Independiente, dio una conferencia de prensa luego de haber sido deportado y sobre la entrada con la que ingreó ver la Argentina con Bélgica dijo: «Me las regaló el contador de Julio Grondona». La referencia es Claudio Espósito. No obstante, hay versiones que aseguran que el boleto no estaba a nombre de un dirigente.
Por partido, la AFA recibió 30 entradas gratis de protocolo con la sigla PMA: Partner Member Asociation. También hubo cuatro por jugador.
Según trascendió, la noche anterior a la final con Alemania, uno de los referentes más importantes del plantel tuvo una discusión con Grondona porque ni él ni varios compañeros suyos tenían entradas para su familia. «Esto es una falta de respeto, una vergüenza. Si Argentina llegó a la final y un país está alegre, es gracias a nosotros, los jugadores. Y ustedes dejan afuera a nuestros seres queridos», le espetó al presidente de la AFA una de las figuras del subcampeón, que incluso amenazó con no jugar más en la selección. En la reunión, según distintas fuentes, estuvieron otros pesos pesados del plantel.
Hasta ahora, la policía brasileña no tiene pruebas de que los dirigentes argentinos hayan obtenido ganancias con la reventa de las entradas que tenían en su poder. La FIFA tampoco y, por lo tanto, las sospechas se multiplican. La AFA dice que entregaría la famosa lista con los compradores. Lo que no se puede negar es que el tema derivó en un escándalo internacional y que la Asociación del Fútbol Argentino quedó en el ojo de la tormenta.