El 8 de julio de 2008, un fallo histórico de la Corte Suprema de Justicia de la Nación determinaba la responsabilidad del Estado nacional, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad en la contaminación de la Cuenca Riachuelo La Matanza, y exigía la creación de un organismo encargado de su saneamiento: la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR). Pasaron más de diez años, y una situación pone en jaque la continuidad del proyecto.
Es que la semana pasada el conflicto volvió a tomar protagonismo al conocerse la noticia de su traspaso del ex Ministerio y actual Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación al Ministerio del Interior. Esta situación generará una reducción sideral de 1000 millones de pesos del presupuesto destinado a su sostenimiento. De esta manera, corren riesgo de concreción las tareas de control de industrias, saneamiento de basurales, atención a la salud de la población, entre otras.
A partir de esta noticias, Alfredo Alberti, presidente Asociación Vecinos de La Boca, planteó un capítulo más dentro de las idas y vueltas en ACUMAR, cuyas razones la conocerán quienes disponen estos cambios. De todos modos, todavía no puede definir si esta decisión los beneficiará.
Al momento de analizar el desempeño del organismo, Alberti planteó que nunca hubo un cambio sustancial a favor de la causa. «Siempre nos ha costado sumar un escalón más y lograr que ACUMAR sea eficiente». Para un avance en el Riachuelo, consideró que no se logra con un cambio de cartera, sino puertas adentro del encargado del saneamiento y de los niveles estatales involucrados: Nación, Ciudad y provincia de Buenos Aires.
Si bien marcó un avance lento, reiteró su pedido por una autoridad eficiente, haciendo cumplir los plazos y fundamentalmente controlando los vertidos industriales en el río.