Warhammer Age of Sigmar: Storm Ground Review; una adaptación del mundo del Rol
Muchos de nosotros crecimos escuchando sobre el amplio universo de los juegos de Rol y estrategia. Nos emocionaba vivir en carne propia todo eso a lo cual exponíamos a nuestro alter ego virtual, y una de las formas más excepcionales de lograrlo era a través de una interminable partida de Rol.
Siempre en el grupo tenías a ese amigo con un amplio conocimiento literario y un paladar excepcional para ser el Dungeon Master, desde ahí todo cobraba vida como si nada. Te sentías dentro de ese universo misterioso siendo aquel personaje que tanto te caracterizaba y anhelabas.
Con el pasar de los años el mundo de los juegos de Rol fue siendo aún más amplio, hasta fusionarse con el mundo de los videojuegos. Sabias que no ibas a encontrar nada mejor.
Un miembro reconocido de este mundo fue el Warhammer, un juego de mesa por turnos que exprimía todas tus habilidades tácticas. Hoy llego a Nintendo Switch, y esperemos que sea para quedarse.
Desarrollado por Gasket Games, Warhammer Age of Sigmar hizo su aparición el 27 de mayo para Switch, PS4, PC y Xbox.
Un comienzo no tan desde el inicio
Una de mis primeras dudas fue cuan incomodo iba a sentir mi inicio en este mundo. Para entender un poco mi perspectiva hay que tener presente un punto importante, Warhammer tiene un lore que nos excede, y ni hablar si consideramos sus diferentes side-games, sabía desde un principio que, para un jugador casual de esta saga, mis primeras horas iban a ser cruciales para esta review.
Lamentablemente el inicio tuvo más tropiezos que aciertos, no pude percibir un interés genuino en hacerme comprender en donde me encontraba y que debía hacer. Warhammer maneja un nivel de información histórica muy amplia y no logra adaptarlo de manera efectiva.
Se nos embarca en una campaña bajo la bandera de una de las tres facciones más conocidas de la saga, los Stormcast Eternals, quienes son héroes con la habilidad de reencarnar luego de cada derrota. Desde acá, solo podemos focalizarnos en lo que si aprendemos de cero, las dinámicas.
La estrategia lo es todo
Warhammer Age of Sigmar es lo que llamamos un videojuego de estrategia por turnos, los cuales no tienen similitudes con las entregas de estrategia en tiempo real, créanme que no.
Las dinámicas de esta entrega sobrepasan cualquier habilidad que hubiera adquirido en mi vida de gamer, acá aprendemos de manera pura y dura que táctica no es lo mismo que estrategia.
Nuestra historia comienza con la adquisición de un héroe el cual es el protagonista de nuestra aventura. Con el pasar de los niveles iremos obteniendo diferentes adiciones a nuestro ejército y cada una con habilidades distintivas. Estas irán subiendo de nivel y obteniendo diferentes mejoras, siempre y cuando no las perdamos en batalla. Si es así, perderemos definitivamente a dicha unidad.
En cuanto a la maniobrabilidad, los mapas están divididos en hexágonos los cuales delimitaran cuanta distancia tendrá permitida nuestra unidad para atacar o moverse.
Hasta acá todo super fácil de entender, ahora comienza lo bueno.
La táctica es la clave, hay que anticiparse hasta el más mínimo movimiento enemigo. Créanme que la ofensiva es una muerte segura.
Deberemos de organizar nuestro equipo de tal manera que podamos generar la mayor sinergia de habilidades posibles, detectar cuales son los patrones de nuestros enemigos y descifrar la mejor manera de atacar.
Cinco para el peso
Mas allá de los tropiezos con las dinámicas y el tiempo extra que uno dedica a entregas con el nivel de complejidad de Warhammer, hay algo que no funciono en demasía, y fue el apartado sonoro.
No puedo evitar compararlo con mis contadas experiencias en el mundo del rol y juegos de mesa estratégicos. No sentí inmersión alguna, en absoluto, lo cual me parece un desperdicio.
Entiendo plenamente que lograrlo es complejo, pero tampoco sentí que se hubiera intentado en algún punto tras el desarrollo de esta entrega. La banda sonora es casi inexistente, neutra.
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