Los militares toman el poder, declarándose disconformes por la ineficacia del presidente constitucional Touré para combatir a la rebelión étnica en la región de Azawad, al norte del país. ¿La OTAN apoya el golpe?
Los militares conformaron el Comité Nacional para el Restablecimiento de la Democracia y al Restauración del Estado (CNRDR). Como siempre ocurre en estos casos, el objetivo es defender la democracia. En su primer comunicado informaron: “Todas las instituciones de la república están disueltas hasta nuevo aviso. El objetivo del CNRDR, de ninguna manera busca confiscar el poder, y juramos solemnemente devolver el poder a un presidente elegido democráticamente tan pronto como se restablezca la unidad nacional y la integridad territorial”
Las razones
El 17 de enero de 2012, estalló una rebelión étnica tuareg que reclama la independencia de la región Azawad. El movimiento guerrillero se autodenomina como Liberación Nacional del Azawad (MNLA). El presidente depuesto, Amadou Tourani Touré, denunciaba que estaba formado por ex combatientes libios seguidores del ex líder Gadafi, además de contar con el apoyo de Al Qaeda, grupos islámicos extremistas (Ansar al Din “seguidores de la religión”) y contrabandistas de la zona. Los familiares de los soldados enviados a combatir venían protestando por las pésimas condiciones que debían soportar. Los rebeldes tendrían armamento más moderno conseguido en Libia mediante compra o robo. En los últimos días, el levantamiento, había logrado controlar el 60% del territorio en disputa y solicitó que reconozcan su independencia. El enfrentamiento provocó el desplazamiento de 100.000 personas.
Lo llamativo es que al presidente Touré le faltaba un mes para finalizar su segundo mandato consecutivo, las elecciones estaban programadas para el 29 de abril.
El mundo
El Consejo de Seguridad de la ONU mantuvo reuniones de consulta a puertas cerradas y pidió que se mantenga el orden constitucional. ¿Las consultas son para decidir si la democracias es el mejor sistema político o para saber si alguno de ellos estaba comprometido o apoyando el golpe? Preguntas que serán contestadas con el paso del tiempo observando el desarrollo de los acontecimientos. Por el momento el ministro de asuntos exteriores de Francia, Alain Juppé, condenó el golpe, pero declaró que las futuras elecciones “deben celebrarse lo más rápido posible para que los malienses puedan pronunciarse”. Una declaración que omite la posibilidad de restablecer al presidente constitucional derrocado. ¿Se impone la fuerza de los hechos? Este tipo de condenas, entre otras cosas, acepta el golpe de Estado. No hay que olvidar que África es el escenario donde las potencias occidentales, más China y Rusia, luchan por ganar la exclusividad en la extracción de recursos naturales.
Pablo Llentilin
