Este domingo la ciudad de Ankala sufrió el ataque de la explosión de un coche bomba que dejó el saldo de 37 muertos y 125 heridos. Este es el tercer gran atentado que sufrió el país desde el mes de octubre. El gobierno señalo al Partido de los Trabajadores de Kurdistán como principal culpable.
La policía turca asegura que el artefacto se detonó a las 16.45 horas cerca de la plaza Kizilay, una zona rodeada de comercios, y que está cerca del barrio diplomático de la capital. El ministro turco de Sanidad, Mehmet Muezzinoglu, informó que entre los muertos hay dos terroristas suicidas, entre ellos una mujer que estaba vinculada al PKK.
Por su parte, el ministro turco de Interior, Efkan Ala, señaló que la explosión fue un “atentado terrorista” dirigido contra la población civil del país. “Personas esperando en una parada de autobús fueron atacados por un coche en movimiento. Aquellos que lo perpetraron no van a conseguir sus objetivos”, sentenció Ala.
La semana pasada la embajada de Estados Unidos en Turquía había comunicado sobre una posible amenaza terrorista cerca del barrio diplomático de Ankara e instado a sus ciudadanos evitar esa zona.
Por otra parte, la cancillería argentina a través de un comunicado condenó el atentado terrorista y transmitió sus condolencias y solidaridad a las autoridades, al pueblo turco y en especial a los heridos y a los familiares de las víctimas.
Cabe destacar que hace menos de un mes un atacante suicida mató a otras 29 personas en la misma ciudad con un coche bomba. Este hecho fue realizado por los PKK y los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), que anunciaron que habría más atentados de la misma magnitud.
Luego de la tragedia, la Fuerza Aérea turca respondió la bombardeando posiciones del PKK en el norte de Irak aunque aseguraron que los ataques causaron daños en propiedades privadas de civiles, pero no víctimas en sus filas.
