Magnicidio y descomposición
La noche del jueves, poco después de las 21 horas, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner llegó a su casa tras la labor parlamentaria y mientras saludaba a los militantes, que se congregan en las inmediaciones de su domicilio desde el pedido de los fiscales a 12 años de condena e inhibición en los cargos públicos, un hombre identificado como Fernando André Sabag Montiel intentó asesinar a la exmandataria.
Eduardo Sartelli, analista político, comparó el intento de magnicidio contra Fernández de Kirchner con el atentado a Ramón Falcón, cuando un joven anarquista, Simón Radowitzky, arrojó una bomba casera contra el carruaje en el que viajaba el jefe de la Policía de la Capital.
A su vez, el analista político distinguió tres puntos importantes en el intento de magnicidio: en principio, que este clima «se veía venir, está en el aire y va a continuar». En este punto, Sartelli aseguró que no le extrañaría que el próximo sea de Juntos por el Cambio.
También planteó el «enrarecimiento» del clima político. Se está pasando del simple enfrentamiento político al enfrentamiento social; es un proceso de degradación que asume diversas formas. «La degradación política se va viendo, la última ilusión fue Macri», aseguró el analista político. Hay un proceso de descomposición político-social, empieza a transformarse en parte del contenido de la lucha política inmediata. Dos fracciones políticas claras comienzan a enfrentarse en medio de la crisis social y descomposición, más allá de lo político.
El aparato político kirchnerista está estallando, no solo Cristina, sino los que vienen detrás de ella. Lo advirtió Sergio Massa: «Es absurdo plantear que el Jefe de la Administración es responsable por cada uno de sus dependientes. Cambia el Derecho Penal y el encuadre del principio de responsabilidad. Estamos ante un peligroso antecedente para la política, empresarios y aquellos que tienen dependientes».
Asimismo, el aparato político peronista comienza a pelearse con otro aparato político (macrista), que no es menos corrupto, convocando a la arena política a las masas que intervienen en las calles; pero también en el contacto físico mismo. Es decir, hay gente que se pelea de puño en un bar porque uno defiende a Cristina y otro a Macri; un hombre que arenga a Cristina en una cancha de fútbol y por eso lo abuchean; hay un diputado que pide pena de muerte.