Notas

LA DESVENTAJA MÁS GRANDE DEL JEFE DE GOBIERNO DE LA CIUDAD.

¡Bueno; en realidad, las tiene todas en contra!. Pero hay una que relega a un segundo plano a las demás. Se trata de los mismos habitantes de la Ciudad. Esos ciudadanos, entre quienes me cuento, incapaces de movilizarse en su apoyo, si así fuera necesario. Y le anticipo, que va a ser necesario, salvo estemos dispuestos a que nos “cojan” en plena calle, y a la vista de nuestros hijos. Le aclaro que me importa un bledo, se apellide Macri, o Mongo. Hablo de un Jefe de Gobierno, que se puede arrogar tanta o más legitimidad que la mismísima Señora Presidente de la Nación. Y si tiene alguna duda, pregúntele a Daniel Filmus, inexplicablemente “abrochado” a una banca en el Senado, o a Pitón Ibarra, convertido en una destilería de veneno, ya sin facha y con “carmela”.

Ocurre que Macri, en este caso, no es dueño de esa caja negra, patrimonio del Gobierno Nacional, y que nada tiene que ver con la de los “aviones”. Y entonces le resulta imposible la compra de voluntades. Si bien venderle el alma al demonio, no es atributo de la inmensa mayoría de los argentinos, con los que sí lo hacen, alcanza y sobra “para meter miedo”, para amedrentar; para hacer de la fuerza y la violencia, un nuevo modo de justicia. Por otra parte, todos estos infelices mal paridos, ya han sido “captados” por la Mafia del Super Poder Extremo. Y por favor, no asocie lo de extremo a Extremistas. ¡Má sí, haga lo que quiera!.

Le confieso que a veces “lo miro sin comprender” – frase con sabor a tango -, a través de la pantalla del televisor. Ocurre que no obstante el estar a veces acompañado por algún miembro de su Gabinete, lo veo más solo que a Marcelo Bielsa – uno de los mejores técnicos del mundo -, luego que la Selección Argentina de “Fulbo”, fuera eliminada en primera ronda, allá por el año 2002. ¿Vió como pasa el tiempo?. Casi tan rápidamente como el raje que Ud. se toma, si de comprometerse se trata.

Me  dice que lo estoy agrediendo. De ser así, le ruego me sepan disculpar. ¡Eso si!; no se ponga hipersensible conmigo, tratando de descargar sobre mi humanidad, tamaña cantidad de “mierda acumulada” que pesa sobre su cerebro.  A Ud., primero “El”; después “El” y “Ella”, y ahora “Ella”, le están agrediendo desde que se levanta hasta que se acuesta, en tanto no pertenezca a esa lacra execrable de la que le hablo.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com

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