Cultura

Lovecraft y su influencia en el metal

Es conocida la afición de los músicos del heavy metal por las artes oscuras, el esoterismo y el terror. Y también sabemos que esa afición está más orientada a la creación de una estética y de una puesta en escena que de una vida verdaderamente puesta al servicio de las fuerzas del mal –si es que estas existen, claro–. También es destacable el grado de interrelación que se genera entre el heavy metal y la literatura: lo que en otros tiempos se planteaba como una dupla compositiva –pienso en la mal llamada música clásica, del romanticismo en adelante, en la que un compositor acordaba con un poeta la musicalización de determinados textos o la realización de un libreto original para una obra musical–, dentro de la contemporaneidad se construye como una adaptación o un tributo a esos escritores o poetas que han sido leídos con devoción por estos artistas del heavy metal.

El caso más resonante es el de H. P. Lovecraft (Providence, Estados Unidos, 20 de agosto de 1890 – ibídem, 15 de marzo de 1937), considerado por la amplia mayoría como el inventor del terror moderno y creador de grandes obras, siendo Los mitos de Cthulhu su conjunto de cuentos más reconocido. Muchas son las bandas que se han hecho eco de las obras del estadounidense y han introducido palabras, frases, conceptos y adaptado algunos de sus cuentos a canciones. Tenemos el caso de bandas emblemáticas, como Black Sabbath, que en su primer disco (Black Sabbath, 1969) introducen la canción «Behind the wall of sleep» (basada en el cuento «Detrás de la pared del sueño»), o de Metallica, que en el disco Ride the Lightning (1984) presentan «The Call of Ktulu», inspirada en el cuento «La llamada de Cthulhu», y en Masters of puppets (1986) el tema «The thing that should not be», basada en el cuento homónimo de Lovecraft. Otra banda clásica que incorpora un elemento Lovecraftiano en una de sus portadas es Iron Maiden, quienes en su disco Live after dead (1985) anotan la frase: «No está muerto lo que yace eternamente, pero con el pasar de extraños eones, aún la muerte puede morir», que es un fragmento del Necronomicon, mítico libro de corte satánico (libro de hechizos e invocación de demonios) creado por Lovecraft.

Pero todas estas bandas mencionadas hasta el momento pueden ser rastreadas fácilmente; su renombre excede a las huestes del metal. Quizás no sea el caso de estas otras bandas que también han trabajado sobre la obra de Lovecraft y que realizan una música un tanto más extrema y de difícil digestión para el público no avezado en el metal.

Cradle of filth, agrupación inglesa de black metal, nos presenta su tema «Chtulhu Dawn» (Midian, 2000), en el que también hacen referencia al cuento “La llamada de Cthulhu”:

Los daneses de Mercyful Fate, comandados por King Diamond, compusieron «The mad arab» (Time, 1994), basándose en la historia de Abdul Alhazred, «el árabe loco» que descubrió el Necronomicon. Luego continuarían esta historia en una cación de su disco Into the unknown (1996), titulada «Kutulu (The Mad Arab Part Two)»:

Los norteamericanos Morbid Angel, padres del death metal, introducen el tema «Heaving earth» en el disco Formulas fatal to the flesh (1998), pero podríamos haber citado muchos de sus temas, ya que constantemente hacen referencias a la obra de este escritor:

Hypocrisy, banda sueca de death metal insiste con «Necronomicon» (Osculum Obscenum, 1993), el libro de conjuros y hechizos:

Tiamat, pioneros del death y del doom metal, nos traen desde Suecia su canción «Evilized» (Sumerian cry, 1990), en la que profetizan la resurrección de Cthulhu, el gran dios extraterrestre:

También tenemos a un representante local: El caos reptante, gran banda argentina de doom metal, que toma su nombre del famoso cuento de H. P. Lovecraft:

Pueden leer algunos de los cuentos de H.P. Lovecraft desde aquí. También, por qué no, pueden comprar algunos de sus libros.

 

Publicaciones relacionadas

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba