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Nadie le «da bola» a Ritondo el FpV y el interbloque UNEN no quieren garantizarle los votos para el Golf Club

Llegan las últimas semanas del año y el PRO busca que la oposición lo apoye para sancionar una serie de iniciativas que sí o sí deben estar aprobadas antes de la primera quincena del mes de diciembre, cuando las sesiones de la Legislatura porteña comienzan a claudicar.

Como explicara Letra P, el bloque oficialista del Parlamento porteño debe satisfacer los deseos del jefe de Gobierno, Mauricio Macri, que les exigió a sus legisladores una docena de leyes que deben tener luz verde antes de cerrar el año. Por esa razón, durante las últimas semanas, asesores del macrismo recorrieron los despachos opositores con la lista de los doce proyectos y reclamando “colaboración”.

Sin embargo, el PRO sumó dos proyectos más a su ambicioso plan: el otorgamiento de tierras a un Golf Club de Villa Lugano y la rezonificación de un predio que pertenece a la empresa constructora IRSA y en el que se levantaría un inmenso shopping. Ambas iniciativas están cargadas de polémicas y dividen aguas en la oposición.

El shopping de Caballito es un viejo anhelo de Macri para favorecer a la empresa de Eduardo Elsztain y darle la posibilidad, cambiando el destino de esas tierras en el Código de Planeamiento Urbano, de edificar un centro comercial en un terreno lindero al Club Ferrocarril Oeste. Una más de los seis que tiene en la Ciudad de Buenos Aires.

La Asociación Golf Club José Jurado posee actualmente un conjunto de tierras en el que desarrolla sus actividades. Ese terreno, que Cristian Ritondo quiere otorgárselo por veinte años más, está en frente a la Villa 20 y a las tierras que fueron tomadas el pasado 27 de febrero. Ahí reside la polémica.

Para algunos miembros de la oposición, sería una “frivolidad” extender el permiso de uso del predio que ocupa el Golf de Lugano en el Parque de las Victorias mientras del otro lado de la calle hay miles de familias que viven en la más extrema pobreza, dentro de la comuna que aglutina los barrios más postergados de la Ciudad: Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano.

A pesar de esto, la mayoría de los legisladores del Frente para la Victoria convalidaron la iniciativa impulsada por el Vicepresidente 1° el año pasado, cuando obtuvo primera lectura gracias a 47 votos positivos y 12 negativos. Sólo María Rachid y María José Lubertino fueron las K que no acompañaron.

Pero ahora la situación es distinta. El interbloque kirchnerista tiene caras nuevas que resisten el acuerdo de Juan Cabandié con el macrismo y complican el avance de ciertas leyes requeridas por el oficialismo porteño.

Según pudo saber Letra P, el Frente para la Victoria buscará cerrar filas para encontrar una postura común en ambos proyectos. La primera lectura del Golf Club se aprobó y todo indicaría que esa tendencia se mantendría pero legisladores como Jorge Taiana, Pablo Ferreyra, María Rachid y Jorge Aragón resisten fuertemente el avance del permiso. De hecho, este grupo de legisladores se interpuso para que este proyecto no obtuviese sanción definitiva a mitad de año y se terminase postergando hasta el 11 de diciembre, cuando llegaría al recinto.

En cuanto al shopping de Caballito, el kirchnerismo tiene en mente expresar una idea común a nivel interbloque. Para eso acordó con sus aliados de (Nuevo Encuentro, el ibarrismo, Seamos Libres y Sindical Peronista) insistir con el despacho de minoría y votar de manera negativa. Resulta curioso porque el empresario Eduardo Elsztain mantiene estrechas relaciones con el Gobierno Nacional, entre otras cosas, porque tiene a su cargo parte del plan PRO.CRE.AR.

El frente UNEN, como suele suceder en la Legislatura porteña, mantiene la cabeza gacha para pasar desapercibido y no deja ni una pista acerca de cómo votará las polémicas iniciativas oficialistas que, a veces, termina apoyando.

Al igual que en el kirchnerismo, la intención del interbloque UNEN es que el radicalismo, la Coalición Cívica, el socialismo, Proyecto Sur y el PSA voten en conjunto ambas iniciativas. Desde UNEN hablan de una “desconfianza natural al apuro del Ejecutivo” para sancionar estas leyes pero aseguran que “no está definido” cómo votarán.

“El acompañamiento al proyecto del Golf Club en Villa Lugano va a pasar por los plazos y lo que pueda ofrecer la Asociación”, adelantó un diputado de UNEN a Letra P.

Tanto UNEN como el FpV admiten que podrían habilitar el permiso si es que el proyecto de Ritondo le exige al Golf Club una serie de requisitos. Actualmente, la iniciativa marca que el predio será destinado a la práctica de Golf y actividades, sociales, culturales, y comunitarias pero, como contraprestación, la asociación deberá otorgar becas a niños de 6 a 12 años para realizar el aprendizaje del deporte y las reglas de su juego, aplicar un 50 por ciento de descuento en la matrícula y aranceles del club a todos los alumnos de las escuelas públicas porteñas y un 100 por ciento para los estudiantes de las Comunas 4, 7, 8 y 9.

En toda esta marea de especulaciones, Ritondo tiene una herramienta clave para captar votos en UNEN y en el Frente para la Victoria: la opinión de los vecinos de la zona. Los vecinos de Villa Lugano, quienes viven en la parte céntrica, sostienen que si el Golf se va, esos terrenos quedarán al libre albedrío y corren peligro de ser ocupados, como sucedió con el predio lindero a la Villa 20 en el mes de febrero.

Ese discurso, sumado a la “seguridad” que aporta el Golf Club permaneciendo en ese lugar, prende en el radicalismo porteño, que en 2013 también apoyó el proyecto de Ritondo, y en algunos miembros del bloque kirchnerista.

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