Política

Secuelas de un asado polémico

Esta semana, el presidente Javier Milei recibió en la Quinta de Olivos a los (casi) 87 diputados que apoyaron el veto contra la movilidad jubilatoria. De esta forma, los legisladores mantuvieron un insólito encuentro con los funcionarios del Ejecutivo en el marco de un particular asado. Cada uno de los asistentes debió pagar $20.000, en tanto el menú se compuso de asado, chorizo, morcilla, chinchulines, riñón y mousse de chocolate como postre. ¿Cómo puede caer este acontecimiento entre sus votantes y detractores? 

En diálogo con FRECUENCIA ZERO, Emmanuel Boente Brusa, Lic. en Ciencias Políticas, analizó las posibles consecuencias del asado de Olivos y sostuvo que “puede tener un efecto entre sus votantes indirectos, es decir, aquellos que no son parte de su núcleo, pero que lo votaron para que no gane Massa”. Entre ellos, el politólogo destacó que “pueden surgir fisuras debido a que la cena se puede interpretar como una falta de sensibilidad social por parte del gobierno”. 

De todas formas, Boente Brusa explicó que la cena sirvió a los fines de “edulcorar a los diputados aliados”, ya que el gobierno “tiene la necesidad de mantener acuerdos parlamentarios, sobre todo rumbo a la discusión del Presupuesto 2025”. Por otro lado, “algunos legisladores dialoguistas también aprovecharon la situación para acercarse al gobierno en busca de alianzas, tal como podría suceder con los diputados radicales”.

Escuchá la columna de Emmanuel Boente Brusa en FRECUENCIA ZERO y compartí.

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