BAIRES CAPITAL MUNDIAL DEL LIBRO 2011
El Ministro de Cultura porteño y titular del Ente Turismo de Buenos Aires, Hernán Lombardi, la Secretaria de Cultura, Josefina Delgado, y la Directora General del Libro y Promoción de la Lectura, Alejandra Ramírez, dieron a conocer -el pasado viernes 3 de abril- los fundamentos y propósitos de la presentación que será elevada a la UNESCO para que se designe a Buenos Aires como Capital Mundial del Libro 2011.
La UNESCO, Organismo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, animada por la experiencia del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, creado en 1996, estableció el concepto de Capital Mundial del Libro, eligiendo a Madrid Capital en 2001. Tras el éxito de esta iniciativa, la Conferencia General aprobó la Resolución 31 C/29, 2 de noviembre de 2001, por la que se dispone la elección anual de una capital.
sí, luego de Madrid, fueron elegidas Alejandría en 2002, Amberes (Bélgica) en 2004, Montreal (Canadá), en 2005, Turín (Italia), en 2006, Bogotá (Colombia), en 2007, Amsterdam (Países Bajos), en 2008, y Beirut (Líbano), en 2009.
Los fundamentos de la presentación se sustentan en la tradición literaria de la ciudad de Buenos Aires, que es conocida en la región y en buena parte del mundo, no sólo por las plumas célebres que han llevado su imaginario a otras culturas y otros idiomas, sino también por la vocación lectora de sus habitantes. La enorme cantidad de librerías de actualidad y anticuarías que pueblan sus calles, los emprendimientos editoriales grandes y pequeños que han difundido y difunden la obra de sus escritores y el trabajo de sus traductores, la ebullición constante de revistas y la creación de instituciones profesionales que defienden los derechos de los autores y ofrecen becas y subsidios a los creadores, así como las bibliotecas públicas que, desde 1810, pueblan la ciudad, dan cuenta de que uno de los pilares de la identidad de la ciudad de Buenos Aires han sido y son el libro y la lectura.
Buenos Aires se enorgullece de sus escritoras y escritores. Aun en los momentos más oscuros de la historia, no perdieron su compromiso con la libertad de expresión y la libertad de pensamiento, ni la convicción de que la cultura es un espacio irrenunciable para el pleno desarrollo de una sociedad.
La ciudad de Buenos Aires siente también una gran satisfacción por el reconocimiento que sus escritores actuales han obtenido en el mundo a través de prestigiosos premios, como el Miguel Ángel Asturias, Miguel de Cervantes, el Premio Herralde de Novela y el Premio Casa de América, así como por el interés que han puesto numerosas editoriales extranjeras en traducir a escritores jóvenes. Esa satisfacción se extiende al florecimiento de emprendimientos editoriales independientes, tanto impresos como digitales, que buscan contribuir a la diversificación de la oferta literaria y poética de la ciudad y encontrar nuevos canales de lectura y difusión a través de las tecnologías de la información.
Por otra parte, además de la célebre Feria Internacional del Libro, se llevan a cabo acciones sistemáticas de difusión y promoción de la cultura literaria durante todo el año. Los programas No hay ciudad sin poesía, Buenos libros, Buenos Aires y Semana del Libro; el “Día del Lector”, la serie de homenajes a protagonistas de la narrativa contemporánea en la biblioteca Miguel Cané -donde Jorge Luis Borges trabajó durante nueve años- y los clubes de lectura organizados en las bibliotecas públicas son sólo algunos ejemplos del compromiso del municipio con la preservación y promoción de la lectura como un espacio de construcción de ciudadanía.
En el 2011, Buenos Aires celebra dos acontecimientos significativos para los argentinos: el bicentenario del nacimiento de Domingo Faustino Sarmiento y el centenario del nacimiento de Ernesto Sábato, autor, entre otras, de la novela “Sobre héroes y tumbas”, y partícipe activo de la comisión que elaboró el libro “Nunca más”, cuando se recupera la democracia en 1983.
Los propósitos que animan esta iniciativa del Gobierno porteño son:
Fortalecer la industria editorial y gráfica, así como las redes de venta y circulación del libro. Impulsar, por medio de programas de estímulo así como de la legislación pertinente, el desarrollo de editoriales y librerías independientes.
Sostener la importancia de la lectura como vinculo de integración social y cultural, tal como lo enuncian los postulados de UNESCO y del CERLALC.
Incluir en la formación de hábitos de lectura el acceso al libro por medio de las nuevas tecnologías (libro digital, audiolibros, Internet, etc.).
Recrear las directrices necesarias para que el hábito de lectura sea sostenido desde el hogar, la escuela y las bibliotecas públicas, porque es en la niñez cuando se encarna en la subjetividad de los ciudadanos.
Impulsar redes de participación entre instituciones privadas y públicas, que conviertan a la ciudad en un verdadero mapa de lectores y lectura.
Crear ciudadanía a partir del libro, elemento indispensable para fomentar la libertad de expresión y de pensamiento, bases de toda democracia.