LEGISLATURA: UNA JORNADA INCESTUOSA
por Tato Bordes para Noticiario Sur edición impresa y noticiario-sur.com.ar
Estando apoltronados con mi adláter Pepino frente a dos espirituosos copetines de vieja data en el sucucho gastronómico aledaño a la Legislatura, acomete con un desaforado ingreso a la mencionada fonda, un rancio confidente municipal, -con alias operativo, a saber: “el tarta”.
Sucio y desprolijo a lo Pappo, el tarta arranca con su usual redoble de batería; -ta, ta, tatatata, ta, ta, tato, tengo una bomba …
Se sienta y se inclina hacia adelante bajando la cabeza (la postura clásica del confesor de irrenunciables pecados). Pepino, hombre ducho en estas lides amaga con levantarse pero mi mano en su antebrazo lo desalienta. Ahí nomás pide otra ronda; un campari para mi, una cubana sello rojo para el y el pineral para el tarta que se llena la boca con un puñado de maníes. El dato es jugoso; se tragó los maníes sin pelarlos.
Intercambiamos el protocolo de marras, -por fortuna el tarta es soltero-, y le hago entrega de uno de mis exclusivísimos puros. El tarta se lo clava entre labio y labio. Si. Intuyo que elucubrará usted lector; en un lugar público no se fuma. Lógico. Pero el tarta no fuma; el acto es para facilitarle el habla sin repetición de sílabas. Me inflige una pérdida penosa, -claro-, ya que lo deja cuál palmito por la catarata de saliva que le inyecta con cada palabra. Pero toda luz sobre nefastos acontecimientos históricos bien vale esta inmolación.
En autos ya, desgrana merced a su minuciosa memoria, cada coma del hecho en cuestión. Tas el tercer pineral, concluye su racconto. Le pide al mozo que le envuelva los maníes sobrantes para llevar y me mira fijo. Es el momento de “la retribución”. Me hace señas con los dedos de la mano derecha. Muy clara. -¿cuatro? . Los dos nos medimos con la vista en este duelo sordomudo. Mi mano marca la “v” peronista; -dos … Ya estaba preparado para mi respuesta, claro. Su mano me enfrenta cuatro dedos. Niego rotundo con la cabeza y mi mano muestra un tajante triplete de dedos: Se resigna a la porfía y asiente. Meto la mano en el bolsillo. Hurgo. Saco el estipendio a hurtadillas. Mi mano lo aplasta sobre la mesa para ocultarlo de la vista del resto de los parroquianos. Extiendo el brazo mirándolo fijo a los ojos mientras el gira su testa de izquierda a derecha para asegurarse de no ser visto. Listo. El intercambio se realizó y el tarta saluda místico y se levanta. Sale orondo con tres entradas para “el mundo del Sapo Pepe” en el teatro de Yupanqui. Es trucho el “sapo Pepe”, pero los pibes ni se anotician …
A los bifes
El tarta dixit: -Tato, usted no se imagina el quilombo que hay en la “legi” por los ñatos que se quieren sentar en el medio de la mesa para Macri por lo de las escuchas …
Su copete fue el disparador de esta nota-análisis que les escribo desde una de mis tres notebooks escolares (Cristina, Macri y Scioli), mientras me hago los pies en lo de Marthita (que mano tiene para las imprudentes callosidades, alabado sea el señor…)
El asunto es quienes serían los jurados de este “escuchando por un sueño” que desvela más a Mauri, que cuál almeja de Las Toninas, es enterrado cada vez más por su alocada lengua a cada minuto.
Mientras el susodicho Mauri se reponía del Hava Naguila que se bailó en patas sobre vidrios rotos por culpa del ex – embajador israelí, que presuroso y riguroso salió a decir ante las cámaras de Moishe TV, que el no le presentó a Ciro James (al que a esta altura ya; ni padres, ni esposa e hijos conocen…)
La bancada del PRO se desajopó con la nominación de Hourest. A puro grito con papa en la boca, -como habla la gente fina, che…-, se trenzó con sus pares de medias del Frente para la Víctoria, que a su vez por la consabida “rosca política” se estaban ya peloteando entre ellos (a punto tal que se habla de ruptura del bloque). Entretanto, el Presidente de la tumultuosa “sesión” intentaba que los presentes no incendien con su calentura el salón Montevideo de la Legislatura al grito de “karma, karma”, mientras esquivaba hábil el nutrido lanzamiento de cientos de chucherías del millonario merchandising de clavo “Buenos Aires olímpica 2004”.
Si bien la cosa empezó temprano, tuvo su punto más álgido cuando ingresaron “los cinco grandes del mal humor” a los gritos pelados porque ya habían designado a quién ellos no querían: el legisleta Hourest. Como les decía … ¿Qué? ¡Ah, si..!, los “cinco grandes del malhumor” son los cinco diputados macristas; Fernando de Andreis, Cristian Ritondo, Martín Borrelli, Martín Ocampo y Lidia Saya, que de la mano como en el jardín de infantes y soliviantados, -aunque no estaban presentes cuando la reunión empezó (vaya uno a saber por que…)-, llegaron justo cuando todos los bloques opositores habían elegido a la legisleta Cerruti como Segunda Princesa y/o secretaria de la Comisión.
¿Y que pedían los recién llegados? Ni más ni menos que den marcha atrás con lo realizado y que se votara nominalmente al candidato a presidente. Como era de esperar, los que estaban desde temprano los mandaron a la … otra punta de la ciudad.
El argumento vociferado –que también era calcado en cada uno de los amotinados- era el siguiente: “la comisión empezó de la peor manera posible porque eligieron al presidente de ‘prepo’, violando el reglamento del cuerpo. -Minutos antes de que comience estuvimos dialogando con todos los integrantes, pero optaron por el camino de la deslegitimación, berrincheaban los legisladores a quién quiera oír que oiga.
El cuestionado Hourest tenía los ocho votos del viernes (Proyecto Sur, Coalición Cívica, UCR, el socialismo, el MST y los referentes de Aníbal Ibarra y Martín Sabbatella), pero no la mayoría. Los demás diputados opositores (Cabandié, Raúl Fernández y el “denarvaísta” Daniel Amoroso) no aclararon cual era su posición y sólo Diego Kravetz aclaró, que se abstendría.
La revuelta progresaba. Mientras quemaban parcantas de Mera Figueroa y Sollazo, candidatos del Movimiento por la Dignidad y la Independencia a la Jefatura en las elecciones de 2003, una mano levantada marcó alto y pararon por un rato mientras les servían una vuelta de café y medialunas para todos.
Terminado el tentempié siguió la toma de la bastilla y hubo varios que se insultaron feo con gruesos epítetos del tono de “trabajá una vez en tu vida por lo menos” o “¡quién sos vos para cuestionarme a mi, si te cambiaste diez veces de partido y yo solo nueve!” y otros de similar tenor.
Igual mucho sentido no tenía la batalla por que no había otro candidato a Presidente y la pandilla PRO había cabildeado previamente a Raúl Fernández (Encuentro Progresista) como Presidente y este no quiso agarrar el cable pelado y Cabandié lo mismo.
Es sabido que para ser legisleta tiene todo aspirante que poder fumar bajo el agua, las acusaciones volaban por los aires. Cristian Ritondo, (presidente del bloque PRO), se trenza con Fabio Basteiro (Proyecto Sur): -Yo le hice una propuesta de consenso que no me contestó y en cambio, se vino rápido al salón para votar, a lo que Basteiro veloz arguyó: -Creo que los diputados del PRO están muy nerviosos. Les pido que se tranquilicen, decía con sus ojos inyectados de sangre.
Ritondo subido sobre la banca que alguna vez ocupáse Lilita Carrió, le tira un cenicero con la leyenda Cacciatore Presidente, ya que el anhelaba un vicepresidente (Ocampo) y un secretario florecidos del consenso, pero la oposición ya había elegido a Cerruti.
En el otro arco de la cancha seguían los centros al segundo palo cuando la impensada movida de Cabandié desató una tormenta de Santa Rosa de Neustadt en las entrañas del bloque kirchnerista con Tito Nenna y Gabriela Alegre que lo amenazaron con romper el bloque si votaba la secretaría acordando con el PRO. Tito el grande se despachó: -Me pasé toda la mañana matándolo a Bullrich (el ministro de Educación) ¿Cómo vos ahora vas a acordar con ellos? El Juanchi Cabandié no dijo ni mu sobre su voto y oralizó sobre “la hoguera de vanidades” actual de la reunión, y criticó al “egocentrismo porteño” (cosa que muchos de los presentes se preguntaron que cosa era …)
-Que todas las citaciones y votaciones que se hagan de aquí en adelante, se ajusten a votación, pidió Martín Borrelli del PRO. Hourest que ya se probaba la banda y bastón de presidente le retruca fiero: -No sé por qué usted insiste en calificar de nebulosa la legitimidad de esta comisión.
Los fuegos se avivaban en distintos puntos del salón con grupetes de cinco o seis que peleaban duro por lo que todo quedo medio en la nada hasta que el reglamento interno para el funcionamiento de la comisión se discuta el próximo viernes.
El PRO denuncia …
Tres horas después de finalizada la contienda, los PRO-boys aseguraban a todo aquel que se le pusiese delante, que si juntaban para el sellado, harían una denuncia en la Justicia una denuncia por los dichos que habría vertido Hourest hacia De Andreis.
-Usted va a terminar mal…, es la frase soltada en el momento que De Andreis le pidió la palabra; y se lo habría repetido, cuando el diputado le preguntó qué le había dicho.
Como el caos es el orden natural de la legislatura y sus coparticipes, votaron lo mismo las autoridades de la comisión que investigará la responsabilidad de Mauricio Macri en la causa de espionaje.
Quedo como presidente el pinosolanista Hourest, como vice Martín Ocampo del PRO y la secretaría, -trono disputado si lo hubo-, para la “sabatellista” Gabriela Cerruti.
Para cerrar la columna le recuerdo a Pepino la jugada. El 82 en las cuatro quinielas. Cinco mangos a cada cabeza y cinco a los veinte. Hace rato que no lo ponen el 82 … Capaz que viene.