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LINCOLN…APENAS UNOS 35.000 HABITANTES.

¿Tuvo oportunidad de ver a esa gente?. Tratándose de una comunidad pequeña, casi todos se conocen entre sí. Muchos piden la pena de muerte para el único detenido y supuesto homicida del pequeño Tomás. Mujeres y hombres, lloran la muerte violenta del pequeño. La consternación es imposible dimensionar. Lincoln llora, sufre y padece la muerte de una criatura.

Quédese tranquilo; Ud. vive a varios kilómetros de Lincoln. Es más, no descarto que siquiera sepa dónde queda. Dicho de otra manera, la cosa apenas le roza. Por otra parte, imagino debe estar preocupado y ocupado, tratando de desentrañar el tema de los subsidios…en realidad, tratando de desentrañar si le cabe o no la medida adoptada por el Gobierno Nacional, así intuya que en poco tiempo, lo más probable es que a Ud. le obliguen a subvencionar al Gobierno. ¡No!; Ud. carece de la capacidad intelectual que le permita intuir semejante nuevo despojo; caso contrario debo imaginar que le encanta “comer vidrio”.

De todas maneras, le confieso que poco y nada me interesa lo que pueda ser de Ud. en éste ítem.

El pequeño Tomás, no tuvo opción. Seguramente, bajo engaño o presión, el o los asesinos, dispusieron de su voluntad, asesinándole con la brutalidad que caracteriza al ser humano cuando renuncia a su condición de tal. Por supuesto que a partir del hallazgo macabro, todos los medios televisivos se concentraron en la Ciudad de Lincoln, y supuesta escena del hecho. El hasta ayer excluyente tema de los subsidios y el dólar, se vieron relegados a un segundo y hasta tercer plano. ¿Ud., está pensando en Tomás, o en la cueva donde finalmente podrá comprar los 100 dólares para lo que la AFIP le descalificó? ¿Cómo terminó o terminará el caso Candela?. ¿Quién mató a la pequeña hija del matrimonio Fraticelli?. ¿Cuántas víctimas inocentes han perdido la vida a través de la mano criminal que se ventila grosera e impunemente?. ¿Recuerda el apellido de alguna de ellas?. ¡Haga memoria…le estoy pidiendo que tan solo mencione el apellido de una de ellas!.

Le confieso que Ud., no merece mi consideración. Decirle que me repugna, quizá le suene un poco subido de tono…¡me repugna!; ahora colóquele en el tono que más le plazca. Desconozco su condición social; no cuenta demasiado para mí el que pertenezca a la denominada clase alta, media, media en extinción, baja, pobre, o pobrísima. Sí en cambio, su condición humana, a la que evidentemente no hace mucho honor. Es Ud., lo más parecido a un tragamonedas, al que parece haberle llegado el momento de “vomitarlas”; lástima grande que parte de ese metal, no lo haya destinado de voluntad, para intentar  paliar el estado de necesidad de ese semejante que días atrás golpeó a su puerta, reclamándole el diezmo que le permitiera “sobrevivir”.

Tomás, era en vida, una criatura de 9 años, expuesta como todos sus pares, a la posibilidad de enfrentarse al instinto criminal de una bestia humana. Ud. priorizó esa tranquilidad económica que ya se le escurre de entre las manos, por sobre la vida y la dignidad que camina tomada de su mano…por supuesto que hablo de la mano de la vida, y no de la suya.

Quédese Ud., con sus prioridades…yo continuaré aferrado a las mías. Las unas y las otras, en poco nos identifican, así ambos conservemos la apariencia de “personas”.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com

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