En 2011, el nivel general de haberes aumentó 29,5%, lo que le permitió ganarle la carrera a la inflación real por varios metros. “El firme incremento de las remuneraciones, sumado a cierta estabilización de la inflación en torno al 22% anual, dio lugar a una sostenida recuperación de los salarios reales que en diciembre pasado llegaba al 5,7% interanual”.
Esta ventaja fue posible porque las partitarias se cerraron en la primera parte del año, cuando las expectativas de inflación eran mayores que lo que se verificaría en el segundo semestre. La desaceleración de la actividad sobre el final del año contribuyó a que la suba de precios en el último trimestre fuera menor a la prevista.
Esta situación permitió que 2011 fuera el año de mayor incremento de los salarios privados formales desde el fin de la convertibilidad. “Tras avanzar un 20% promedio por año desde 2002, las remuneraciones del sector privado registrado crecieron nominalmente poco más de un tercio en 2011, dando lugar a un incremento del poder de compra del salario inédito desde la devaluación”, dice el Banco Ciudad.
Por supuesto, no todos los salarios se incrementaron en la misma magnitud. Tal como viene ocurriendo, los ganadores netos fueron los trabajadores registrados, que consiguieron una mejora en sus ingresos del 35,8%, lo que les generó una mejora del poder adquisitivo del 10,8% interanual. Para los trabajadores no registrados, la suba fue del 32,8%, con una ganancia en la capacidad adquisitiva del 8,4%. A la cola viene el sector público en general, que apenas subió 9,7% en el último año, por lo que –ajustando con una inflación del 22%– el salario de los trabajadores estatales habría experimentado una caída del 10,5%.
La consultora Finsoport destaca que, desde 2006 en adelante, los salarios le vienen ganando a la inflación, lo que permitió que hasta 2011 se acumulara un saldo positivo del 35% en favor de los bolsillos de los trabajadores.
En este podio, el primer lugar lo ocupan los empleados bancarios. El relevamiento de Finsoport consigna que el salario conformado de este rubro –compuesto por el salario básico, y los adicionales estipulados– aumentó 300% respecto de los precios al consumidor, según la medición de Finsoport.
Para acceder al podio es crucial el poder negociador de los sindicatos. En los primeros nueve meses del 2011 (última información disponible en el Ministerio de Trabajo), se homologaron 1.400 negociaciones colectivas, lo que alcanzaría a seis millones de trabajadores.
La trayectoria del gasto público y las expectativas de inflación serán los dos componentes básicos que definirán la trayectoria de la negociación salarial. El Gobierno intentó fijar una pauta salarial del 18%, pero los gremios subieron rápidamente la apuesta y ya se prevé que no habrá paritaria que cierre por debajo del 23%.
Según una encuesta de la Torcuato Di Tella las expectativas de inflación para éste año son del 25%. La Fundación Mediterránea apunta que “lo que ocurra con la expansión monetaria y con las expectativas de inflación está íntimamente relacionado con la trayectoria del gasto público y con la posibilidad o no de financiamiento genuino del Tesoro”.
La entidad sostiene que ésta es la variable que habrá que monitorear en los próximos meses para poder apostar a un cambio de tendencia. En este sentido, “la actual desaceleración en los precios internacionales de las materias primas es una condición necesaria (aunque no suficiente) para moderar la inercia inflacionaria”. Estos precios subieron 26,7% en 2011 y se espera que este año se muevan más lentamente.
Además de las expectativas de que la inflación de este año será más moderada, también contribuirá a enmarcar la negociación salarial el hecho de que la tasa de de desocupación descendió hasta el 7% en 2011, lo que ubica a la economía local en torno al pleno empleo del recurso trabajo. Los analistas ven extremadamente difícil que la tasa siga bajando en un contexto en el que la economía crecerá entre 3 y 3,5% en 2012.
La contracara de la recuperación salarial es la pérdida de competitividad para las empresas. Medido en dólares, el salario aumentó 18,5% interanual. Esto implica que la economía habría perdido ese porcentajde de competitividad respecto de Estados Unidos a lo largo del año. Y un 15% respecto de Brasil, según datos de Economía y Regiones. En dólares, el promedio general de los salarios argentinos se encuentra un 24% por encima de los niveles exhibidos en la salida de la convertibilidad.
La evolución de los salarios vuelve a poner sobre la mesa la discusión sobre cómo mejorar la competitividad. Según el IERAl, en el sector industrial, mientras los salarios reales crecieron 5,2% entre 1997 y 2011, la productividad lo hizo un 3,8%.