TARJETAS: OJO CON LAS CUOTAS SIN INTERÉS
El anuncio de una agencia de turismo destaca que a ese destino paradisíaco se puede viajar pagando el paquete en 12 cuotas sin interés. Lo mismo pasa con el de una casa de electrodomésticos que ofrece heladeras ultrasofisticadas con un altísimo precio pero, financiadas en 18 meses y… ¡sin pagar intereses!
¿PLÁSTICO O CEMENTO?
En tiempos de inflación alta, el financiamiento que ofrecen los bancos a través de los plásticos se transformó en una herramienta clave para el consumo. El problema llega cuando se pasa de la parte atractiva del aviso a la letra chica.
Los pagos sin interés pueden costar más del 8% anual, como consecuencia del impacto del seguro de vida sobre el saldo deudor, y eso sin considerar los gastos administrativos y de mantenimiento que tienen algunos clientes para tener su plástico.
En febrero último, el Banco Central dispuso que en los avisos se debe publicar el costo financiero total (CFT) en una tipografía cinco veces mayor que la tasa de interés. Eso hizo que en la publicidad de comercios o servicios que venden en cuotas y tienen acuerdos con distintos bancos quedaran expuestos los altos costos y la dispersión de cargos que puede haber entre las diferentes entidades financieras. Las cuotas a tasa cero tienen intereses ocultos.
Las dos puntas
En un mismo anuncio de turismo, el CFT de las cuotas sin interés del Banco Ciudad es del 0,16% y representa el más bajo del mercado. Lo sigue otro banco público, el Provincia, con un valor de 1,49% anual, y el banco privado con costo más bajo es el Macro, con un CFT del 2,1% anual. En la mayoría de los bancos privados, el CFT está en el orden del 3,5 por ciento anual.
En el otro extremo, el más caro es el Supervielle. La entidad financiera les cobra a sus clientes el 8,25% anual en concepto de seguro de vida sobre el saldo deudor para su plan de 12 cuotas sin interés con una agencia de turismo. La tarjeta Cencosud está en la misma línea, con un cargo anual del 7,3 por ciento.
De esta manera, una compra de 1000 pesos en 12 cuotas sin interés con una tarjeta de crédito del Banco Ciudad puede costar en total 1001,6 pesos. Pero pagar la misma cuenta con un plástico del Supervielle costaría $ 1082,5, un total de $ 80,9 más en el año por cada $ 1000 más de gasto. La diferencia es del 5000 por ciento.
En Cencosud se da la particularidad de que cuando financia en cuotas «sin interés» para una compañía de turismo tiene un CFT del 7,3% y cuando el financiamiento es para empresas del mismo grupo, cae al 4,89% anual.
Consultados por LA NACION, en Cencosud argumentaron que la diferencia está dada porque el seguro de vida varía según los montos máximos a financiar, la edad de los clientes, el tiempo de permanencia y la suma asegurada. «Las propuestas de valor que brinda la cobertura ofrecida por cada seguro varían de acuerdo con estos parámetros», explicaron.
El Banco Central (BCRA) venía mirando de cerca el tema del cargo por seguro de vida desde el año pasado. En la gestión de Alejandro Vanoli, primero dispuso la norma N°5685 de protección de usuarios de servicios financieros, por la cual los bancos sólo les podían cobrar a sus clientes por un seguro lo mismo que le cobraría la compañía al cliente si fuera a contratar individualmente la cobertura.
Pero en noviembre amplió el alcance de la medida con la norma N°5828, que prohibió a los bancos que obtuvieran «retribución o utilidad» a través del cobro de seguros de vida por saldo deudor a sus clientes.
Más regulaciones
Ante la consulta de LA NACION, tanto en el Macro como en el Ciudad confirmaron que el único costo que se incluye en el CFT es el seguro de vida sobre saldo deudor. «En el crédito personal o hipotecario, el CFT incluye también impuestos como el IVA o gastos de adjudicación, pero en las cuotas con tarjetas de crédito el único adicional es el seguro», explica Maximiliano Coll, gerente de Marketing del Banco Ciudad.
«El banco hace anualmente una licitación y elige las tres compañías que ofrezcan el valor más bajo; el cliente puede optar entre ésas, pero como el costo es muy bajo, pocas veces piden el cambio de empresa», agrega Coll.
«En la primera etapa de las cuotas sin interés los clientes valoraban tanto el producto que no miraban nada más, pero con el paso del tiempo aumentaron las exigencias y piden explicaciones por cada uno de los cargos», reconoce Coll.
El BCRA sospecha que algunas entidades financieras podrían utilizar el seguro para incluir cargos de forma engañosa en las promocionadas cuotas sin interés, y evalúa prohibir el cobro del seguro al cliente. «Las tasas de interés son libres y el banco puede reflejar todos sus gastos y ganancias en esa tasa, lo que sería más transparente para el cliente, en lugar de que le digan «tasa cero» y después incluyan ítems ocultos que son difíciles de identificar para el consumidor», explicó una fuente de la entidad que preside Federico Sturzenegger.
Para controlar
El seguro de vida es una cobertura que saldaría las cuotas pendientes con las que se financió el cliente en caso de su fallecimiento. Pero como la deuda va decreciendo a medida que se pagan las cuotas, el cargo también debe ir achicándose. El banco debe darle al cliente la opción de elegir entre tres aseguradoras, pero en la mayoría de los casos los clientes no saben la compañía que tienen asignada, ya que hicieron la elección cuando abrieron la cuenta en el banco.