No está siendo una buena semana para el sector taxista: mientras que el martes la Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires resolvió que la actividad de UBER no constituye una contravención, hoy el grupo de taxistas que trabajan en el Aeroparque Jorge Newbery protagonizaron una gresca con la policía luego de que hicieran un paro de actividades y rechazaran levantar pasajeros en protesta al nuevo sistema de tarifas prefijadas.
Sobre este contexto, el legislador Sergio Abrevaya, vicepresidente de la Comisión de Tránsito y Transporte, consideró que el problema «es de fondo»: «Hay un 40 por ciento más de taxis, 12 mil licencias de más en la Ciudad de Buenos Aires, tenemos 32 mil y deberíamos tener 20, como Nueva York: esto hace que el taxista gane mucho menos y busque cobrar más caro», estimó.
La llegada de UBER puso en crisis al sector de transporte privado, algo que tanto el Gobierno como la Legislatura no supieron como resolver y fue la Justicia la que terminó fallando contra la aplicación. «La legalización no es una opción, porque si lo haces le tenés que dar más licencias, y si no lo hacés, renunciás al monitoreo lógico que el Estado tiene que realizar», analizó Abrevaya.
En Aeroparque, buscando estimular dicho monitoreo, la Ciudad aplicó un nuevo sistema con precio prefijado que el usuario podía optar indicando su destino en terminales digitales ubicadas dentro del establecimiento. Sin embargo, la principal queja de los taxistas era que los valores de los tickets estaban por debajo de lo que su taxímetro calculaba, por lo que la mayoría siguió utilizando el reloj y desestimando lo pautado en los totems. Las autoridades decidieron agregar un Índice Dinámico de Congestión, producto del tráfico en las calles en horario pico.