Construir el confort en cuarentena

Estamos viviendo una pandemia que se construye con la gran intensidad de las noticias pésimas. La necesidad de tener buenas noticias es inherente a la vida de las personas. Hablamos de ello con Alicia Kessler, quien es psicóloga clínica con una trayectoria de 45 años y dirige el programa Vivir mejor es posible desde la Psicología Positiva.

Los profesionales de la psicología hemos tratado toda la vida de fomentar el no aislamiento, que las personas estén en contacto,  la realización personal, la no restricción de la libertad, el contacto con la naturaleza, la buena alimentación y la importancia de los vínculos. De pronto surge la pandemia y todo esto que se ha trabajado por años como una propuesta de vida, cambia radicalmente. Hoy para cuidarse hay que aislarse, no hay que sostener vínculos, no hay que expresar el afecto.

El cambio de paradigma en nuestra forma de vivir toma una dimensión tal, que si no tenemos en cuenta todo se hace mucho más difícil. La captura de la situación que tenemos a través de las malas noticias que vemos y oímos, nos produce miedo, estemos en la situación que estemos. La posibilidad de que en cualquier momento podemos enfermarnos e incluso morirnos, se constituye en el primer shock por el que hemos pasado.

 Sin embargo, el bienestar sigue estando allí a pesar de todo, como un dato importantísimo de la necesidad de las personas: vivir con alegría, tener incorporado el optimismo, aprender a manejar la adversidad, lograr circunscribir qué área de tu vida toca aquel primer impacto y ver como el resto puede seguir funcionando.

La pandemia nos ha enseñado que existe otra manera de vivir. Hay que dejar atrás la cultura del padecimiento y reconstruir la idea del confort. Se ha desarrollado toda una idea de lo malo que es permanecer en la zona de confort. Confort es algo que te provee placer y satisfacción, es el bienestar de lograr algo que en ese momento te permite vivir mejor. No es aliviar el sufrimiento, es construir algo más. Es la diferencia entre la restricción impuesta a nuestra libertad y la restricción impuesta por nosotros mismos.

Kessler propone sobrellevar esta situación transformando un problema en un proyecto que va a tener un principio y un fin. La pandemia como “proyecto” implica un protocolo que debemos introyectar, conociendo los riesgos y teniendo a mano los recursos necesarios sociales y clínicos con los que contamos y cuáles son nuestros recursos personales para acceder a ellos en caso que sea necesario.

Por otro lado, una de las maneras para sobrellevar este tiempo impuesto “adentro”, en casa, es la manera de volver a mirar tu casa y darte un espacio mejor donde habitar en cualquier aspecto de tu vida que lo amerite en esta instancia. Aprender a estar con uno desde aquella dimensión que hoy haga sonar la alarma.

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