Organizaciones sociales advierten que desde el comienzo de la pandemia hay más gente durmiendo en las calles porteñas.
A pesar de la prohibición oficial que, está expuesta en un decreto presidencial, en el cual propietarios y empleadores no pueden desalojar inquilinos ni despedir trabajadores, organizaciones sociales diagnosticaron que, mes a mes crece en las calles de la ciudad de Buenos Aires, la gente sin techo ni trabajo.
Según indican, las personas prefieren no ir a los paradores porteños por miedo al contagio. Mientras tanto se multiplican las ollas populares y los repartos de viandas en barrios porteños que, antes de la aparición de la pandemia no se caracterizaban por este tipo de actividades.
Bárbara Alegre, directora de la ONG Sopa de Letras, que recorre cotidianamente la ciudad repartiendo viandas en 9 de las comunas porteñas, indicó que: “Desde marzo siempre encontramos caras nuevas». Según asegura Alegre, a pesar de la prohibición, los desalojos continúan: «Nos encontramos con familias enteras que quedaron en la calle con todas sus pertenencias».
En tanto, Anabela Ávalos, encargada de uno de los recorridos de Sopa de Letras, cuenta que «hay complicaciones con el subsidio habitacional, se retrasa y, cuando llega, ya los desalojaron. Eso hace que muchos estén yendo y viniendo entre una habitación y la calle».
