Biomutant Review: Un paraíso perdido por la ambición

La mejor manera de promocionar un juego es a través de gameplays y trailers que muestren, en una breve presentación, con qué nos podemos encontrar a la hora de sentarnos frente a una pantalla.

Pero muchas veces esto resulta ser contraproducente, las expectativas quedan demasiado arriba y de golpe y porrazo nos llevamos una decepción.

Algo así fue lo que sucedió con Biomutant, el nuevo lanzamiento de THQ Nordic. Se hizo esperar. Fue en el 2017 donde se mostraron algunas imágenes de unos simpáticos animales especialistas en kung fu y en el uso de armas. Con el juego en nuestras manos podemos hablar con fundamentos.

Biomutant está disponible para PS4, Xbox One y PC.

Apto para todo público

La historia que nos entrega este juego es sumamente interesante y situada en un contexto muy actual. Un mundo abierto que agoniza a causa de la propia apatía de su sociedad, que pensó que todo iba a estar bien pero que se encontró en un universo con nuevas especies en la flora y la fauna, que fueron mutando. La guerra está a flor de piel y distintas tribus se preparan para enfrentarse entre sí y tomar la posta.

Mientras tanto, los verdaderos malos, los Devoramundos se encargan de destruir el planeta.

Una historia particular que sin dudas ayuda a repensar nuestro rol con la naturaleza y nos invita a vivir nuestra propia odisea para defender el futuro.

Un V8 que se va quedando sin combustible

Ya dijimos que el juego prometía y la sensación era la de tener algo potente entre manos. Pero las ganas van aflojando con el correr de las horas.

Al principio, todo es hermoso: los paisajes, los movimientos, las personalizaciones e incluso los personajes tan variados hacen un juego supercolorido y llamativo.

Pero los diálogos, amigo. En las primeras conversaciones, donde podemos elegir qué responder, todo marcha bien y se esmera. Pero terminan siendo tediosos, extensos y algunos sin sentido. Podemos hablar con todos los personajes que nos crucemos y el juego afirma que algunos dan detalles importantes de dónde podemos hallar tesoros. Pero de verdad: hay un tipo cada 20 metros y es insoportable.

Dejando de lado eso, el juego es atractivo. Tiene cámaras slow motion en plenas luchas que le dan power. Y la variedad de armas y combos le dan un menú de movimientos amplio, o no. Lo veremos más adelante.

Otro detalle, muy molesto, son los tirones constantes, como un derrumbe de fps que congelan la imagen por un segundo, pero que se dan constantemente. Al igual que varios bugs en la secuencia de imágenes, donde los personajes aparecen desnudos y pixelados.

Una de cal y una de arena

Biomutant no anda con chiquitas y eso lo dejó en claro en la previa. Es un gigante que no terminó de desarrollarse. Innovador en varios sentidos, este lanzamiento busca meter de lleno al jugador en el concepto. Todo es editable, desde nuestro personaje físico, hasta la raza y los parámetros que tendrá. Un mamífero robusto será más potente, pero menos hábil y viceversa.

Ahora, una vez adentro de nuestra historia, empieza a mostrar la hilacha. Armas de fuego, cuerpo a cuerpo, magia, mejoras y modificaciones de nuestro atuendo hacen que todo suene genial. Pero son espejitos de colores: las cámaras lentas mencionadas antes pierden su efecto del principio, se hacen repetitivas y la sensación final es que luchemos contra un zorro o contra un gigante da igual. Con una empuñadura de metal o una bazuca, la dificultad será la misma. Eso no está bueno.

Pero lo más pesado de Biomutant –y cuando digo pesado es PESADO– es el narrador que nos sigue desde el inicio: nuestra “voz de la conciencia” que nos explicará los primeros pasos, pero que también será una especie de traductor a la hora de dialogar con otros personajes. Es insoportable, los actores tienen su propio idioma animal y el interlocutor se la pasa diciendo: “tal dice que esto es así” o que “piensa que”. Jamás puede sonar a una buena idea, derrumba todo el trabajo hecho.

Le falta un golpe de horno, pero es por ahí

El apartado gráfico es raro. Tenemos paisajes hermosos, con variedad de ecosistemas, pero que al mismo tiempo no parecen estar a la altura de estas generaciones gamers. El movimiento de las plantas o el agua, por ejemplo, tiene una especie de “ghosting” muy molesto; también ocurre cuando rotamos la cámara al apuntar. Lo mismo sucede con el pelaje de los animales. Pareciera que la optimización no está concretada. Con algún parche esto se puede ajustar y quedaría muy copado, ya que el mundo presentado por Biomutant tiene potencial. Es como que nunca despega. Tal vez, esté destinado a un público más joven que no mira tantos esos aspectos, pero no lo sabemos y no lo indica.

Propuestas llamativas

Del sonido ya referimos el idioma animal: es interesante. El narrador, out. Pero la música acompaña bien, podría ser más intensa en los combates para compensar esa falta de ingredientes, pero no es tan malo. Los efectos de sonido de las armas y el entorno son buenos, jugar con auriculares 7.1 mejoran la experiencia aún mucho más. Un punto a favor.