El equipo de Sebastián Battaglia venció a Talleres por penales (5-4), en la final de Copa Argentina.
En Santiago del Estero, en el Estadio Único Madre de Ciudades repleto, Boca gritó ¡campeón! El partido dejó mucho que desear, aunque es cierto que normalmente las finales suelen muy cerradas. Lo que predominó en este encuentro fue la gran cantidad de infracciones, sobre todo, en el primer tiempo (20 faltas). Y, en esa primera etapa, no hubo ninguna chance de gol para ninguno de los dos. Apenas Talleres insinuó con un centro peligroso que desactivó Rossi. Boca prácticamente no se aproximó al arco de Herrera, que fue un espectador de lujo.
El complemento fue bastante parecido, con la diferencia de que, además de ser muy cortado por las faltas de ambos, a esto se le sumó los 9 cambios realizados (5 de Boca y 4 de Talleres). A los 20 minutos de la etapa final, Darío Herrera, que tuvo un buen arbitraje, expulsó a Juan Ramírez por doble amonestación. El propio jugador xeneize no reclamó la sanción y se fue llorando, reconociendo su error.
Desde ese minuto en adelante, Talleres fue a buscarlo con mas decisión, pero daba la sensación de que era solo por la obligación de aprovechar la supremacía numérica, más que por generar situaciones de peligro. Sin dudas, sí hay algo que debe reprocharse el elenco cordobés: no haberse llevado por delante a Boca, no convertir en figura a Rossi, al menos, no en los 90 minutos de juego.
Boca, con un jugador menos, intentó que los minutos pasen rápido y llegar a la definición desde los doce pasos y así sucedió. Ya en la definición por penales apareció Agustín Rossi, en la definición le contuvo el penal a Héctor Fertoli, el segundo en ejecutar para Talleres. El resto de los penales fueron convertidos por ambos equipos. Toto Salvio (ingresó sobre el final para patear) convirtió el decisivo y Boca se impuso 5 a 4.
Boca obtuvo la Copa Argentina por penales, algo que le sienta muy bien no solo al club, sino en particular a Rossi. Esta es la tercera serie que gana Boca por penales (antes frente a Patronato y River). Y siempre Agustín, el arquero, fue la figura en las definiciones con sus atajadas.
