Mientras la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires debatía los Códigos de Edificación y de Urbanización, Laura Corvalán, integrante de la Junta Comunal 5 (Almagro y Boedo), rechazó las inicitivas que «modificarán sustancialmente la vida de las porteñas y porteños», al margen «de lo nefasto del proceso de discusión» propuesto por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el bloque Vamos Juntos en la Legislatura.
Sin embargo, valoró la participación vecinal en todos los barrios, quienes marcaron un récord de asistencia durante las audiencias públicas. En ese análisis ciudadano, llegaron a la conclusión de que las leyes «no vienen a solucionar los problemas» del distrito, menos de Almagro que tiene la menor cantidad de metros cuadrados en espacios verdes de la Ciudad.
«Casi todos los espacios verdes que tenemos en la Comuna son producto de la lucha vecinal, y no vemos que la nueva ley ayude en cambiar esa idea», afirmó Corvalán. También expresó que el Código de Edificación no favorece la formación de una familia al modificar la superficie mínima de las viviendas (pasa 27 a 18 m2).
Alejandro Tiscornia, miembro de «Vecinos por Saavedra», sumó nuevos cuestionamientos e hizo hincapié en la venta de tierras públicas, habilitándolas para el mercado inmobiliario. «Un barrio de planta baja y un piso pasa a tener la posibilidad de construir en calles interiores 18 metros de altura (6 pisos), frente a cualquier plaza o parque 24 mts. Eso es destruir la identidad del barrio».
Además, habló de códigos «clasistas» ya que no «tocan barrios de clase alta», como Belgrano R. «Este código no está integrado al área metropolitana. No convine con el conurbano», expuso.
«Toda la lógica de esta gente es generar crisis porque cualquier crisis es oportunidad de negocios. Lo que hace permanentemente es generar más negocios», afirmó y, a su vez, ejemplificó con la instalación de los parquímetros.