Diez maneras de ser payasa
Con el afán de mostrarle al mundo el arte de ser una payasa, diez actrices coparán teatros y plazas de la Ciudad de Buenos Aires en el marco de ParaPayasas, un ciclo de unipersonales que tendrá lugar a mediados de mayo. Sin caer en un planteo feminista, sus protagonistas explican su necesidad de contar con un ámbito propio, como ocurre en otros países latinoamericanos. Y también reforzar el lugar de las payasas, dueñas de una sensibilidad y de un humor que emergen del género.
Por Paula Sabatés para Agencia NAN
Buenos Aires, abril 28 (Agencia NAN-2010).- No surgió como un movimiento feminista ni como un capricho para desplazar a los hombres y ocupar el centro de la escena. Todo lo contrario. ParaPayasas, Ciclo de Unipersonales para Payasas de Buenos Aires, que se llevará a cabo entre el 14 y el 28 de mayo en plazas y teatros porteños, persigue otro objetivo: “Celebrar nuestra unión y mostrar lo que pasa en la sociedad con respecto a las mujeres y al humor. Además, es una forma de que el público conozca esta movida y de que nosotras podamos ver el trabajo de otras colegas”, explica a Agencia NAN Natalia Sismonda, una de las protagonistas del ciclo. Con la participación de diez payasas de entre 19 y 40 años, el festival se perfila como la primera “popular” que surge entre una serie de encuentros menores que mantienen desde fines de 2009.
El ciclo payasezco da cuenta de la diversidad de estilos y maneras que hay para ser payasa. “Nos interesaba agruparnos, conocernos y conocer los trabajos de las demás, sus procesos creativos y formas de llevarlos a cabo”, afirma Violeta Fractman, payasa, artista circense y actriz especializada en Técnicas de Altura y Teatro de Calle. “Esto no es para nada una cuestión sexista. Tenemos un montón de pares hombres de los cuales aprendimos mucho, que queremos y admiramos; compartimos escenarios y espectáculos con ellos. Lo que sucede es que no teníamos ningún ámbito exclusivamente femenino”, agrega, y resalta la importancia de este evento para “generar un registro con información de ayer y de hoy, programar actividades de interés común y erradicar la idea de que no existen payasas mujeres”.
Es que, si bien ocasionalmente hay varietés temáticas hechas por mujeres, no se había hecho en Argentina algo similar. En otros países, incluso de Latinoamérica, las payasas se juntan y arman movimientos importantes y reconocidos, pero en Argentina cada una trabaja por su lado, lo que hace imposible que se consoliden siquiera como minoría artística y obtengan un reconocimiento en la esfera local.
¿Por qué sienten que las mujeres quedan excluidas o desplazadas del arte del humor? ¿Por qué consideran necesario hacer un festival únicamente integrado por mujeres para reivindicar su figura en esta profesión? Las payasas tienen distintas respuestas para estos interrogantes. “Las mujeres mismas tienen una cierta represión con respecto a liberarse desde el ridículo, y capaz éste sea el motivo de esa exclusión. Pasan los años y siguen teniendo en la cabeza el ‘que dirán’, refinamiento que desde el humor no es necesario. Deberían animarse más”, opinó Sismonda, también actriz, que cuenta que en realidad nunca se planteó la decisión de ser payasa, pero que cuando probó se sintió “libre, en un estado que no conocía”. Por su parte, Fractman piensa que la diferenciación entre lo masculino y lo femenino “es algo cultural, algo que nos vienen inculcando desde hace rato y que por suerte de a poco vamos revirtiendo”. Lo cierto es que, independientemente de las distintas visiones, se necesitan acciones para torcerle el brazo a la situación. ParaPayasas es una de ellas.
Lejos de esa creencia popular que vincula directamente al payaso con la tristeza o el miedo, estas mujeres están profundamente enamoradas de lo que hacen, y se les nota: “La payasa es un ser que nos habita y nos pone en evidencia, que potencia nuestras virtudes y defectos, que se ríe de sí mismo. Es desnudez, transparencia, espontaneidad, ingenuidad, fragilidad. Es toda nuestra humanidad puesta al descubierto sin miedo al ridículo”, dice Fractman. Y Sismonda agrega con una sonrisa: “Ser payasa es no perder el juego constante, descubrir y sorprenderse de uno mismo, dejarse ser y encontrarse en la poesía. Entregarse”. Ambas opinan que la payasa mujer es similar a su par masculino, pero que por su naturaleza tiene una sensibilidad, un humor y una serie de inquietudes propias del género, y que el abordaje desde lo masculino es muy diferente al femenino, que tiene otra visión y otro punto de partida.
Planteado como un festival de espectáculos unipersonales de humor dirigidos a todo público, en el marco de ParaPayasas diez mujeres irrumpirán con sus creaciones personales para mostrarle a la gente lo que es ser una payasa. “Esta movida está buena porque es muy libre, independiente, se puede hacer sin tener que esperar a que te contraten de algún lado. Está bueno poder hacerlo en cualquier lado porque hay miles de caminos por ir”, concluye Sismonda. Decididas, firmes, con una meta clara. Ansiosas, contentas, con ganas de mostrar. Así están estas valientes payasas argentinas detrás de sus narices rojas y así se las ve. Y su espíritu resulta motivador por donde se lo mire porque, como afirma Sismonda, “el arte hace falta. Y el humor hace falta mucho más”.
La Agenda de ParaPayasas
*Viernes 14: Y.O. en Teatro Tadrón, Niceto Vega 4802. A las 21.
*Domingo 16: Desfile apertura de Payasas Argentinas en Plaza Francia, Av. Libertador y Pueyrredón. Solita mi alma, Atame mucho!, Seniorita Porfavor. A las 13.30. Gratis.
*Viernes 21: La última vez (que me tiré a un precipicio) en Teatro El Piccolino, Fitz Roy 2056. A las 23.30.
*Sábado 22: Querida Marta en Espacio Cultural Pata de Ganso, Zelaya 3122. A las 21.
*Domingo 23: Siento por ella en Belisario Club de Cultura, Corrientes 1624. A las 21.
*Viernes 28: FM Cocó en La Carpintería. A las 20.