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¿Y AHORA QUÉ HACEMO’?

La pregunta, vale tanto para los que se van, como para los que nos quedamos. A partir del lunes que viene, no queda ni el loro, gracias a Dios y la Virgen. Lo lamento por los “tacheros”, y los remiseros; también, por qué no, por los piqueteros que no tendrán a quien joder en la más amplia acepción  de la palabra. Son en realidad, los verdaderos damnificados respecto a la fuga estival que se dará “masiva y compulsivamente”, como para que no falten los muertos que siempre le ponen una nota de color… sangre, en las rutas nacionales y provinciales.

¿Qué voy a hacer yo?. Gracias por considerarme de semejante manera…¡a mi maneeeraaaa!, ¡aguante Frank!, y le aclaro que cualquiera semejanza con algún cartel que Ud. haya visto últimamente, es solo fruto de la “casualidá”.  Como ya le dije, así alguna o alguno se lo haya tomado en joda, me acabo de mudar, y tengo todo instalado, incluido el servicio de internet, que me permite romperle las guindas a hora bien temprana – las seis como indica el black-berry de Joseph y Margaret-, ¡como para que me tenga bien presente, como para que me tenga!. Y  como el balcón, esta vez mira al este, y tratándose de un piso once, sin edificios de semejante altura sobre la vereda de “enfrente”, aprovecharé el sol más benigno, que como Ud. sabrá, tiene salida por ese punto cardinal. De siete a nueve, y en bolas, rememoraré aquellos días de mozo, en los que solía vacacionar en San Bernardo, en la época que la calle Chiozza era de arena, y las casitas podían contarse con los dedos de una mano. Cuando digo mozo, hablo de diez u once años. Se lo aclaro, no sea cosa que Ud. imagine soy un viejo decrépito, pelotudo, y emparentado con el Alzheimer. ¡Tampoco digo que me falte tanto!, pero todavía “uno gana”, así las pretensiones hayan disminuido considerablemente. ¡No!; no soy amigo de “la compra de voluntades”, así estuvieran subsidiadas por éste Gobierno, y los dos que le precedieran, que en definitiva “sé lo mismo”. Me dice Ud., que se acabó el subsidio para los pollos y las harinas. ¡Coma pescado, coma carne, cómasela!…¿que quiere que le diga?.

Volviendo al tema, lo único que me resta, es hacer sacar el “cerramiento” que algún enajenado colocara justamente en el balcón, circunstancia que me hace correr el riesgo de “quemarme a cuadritos”, cuando para colmo, nunca fui amigo de las “pilchas” “Príncipe de Gales”, ¿comprende?. ¡Sí!; estoy procurando los servicios de un herrero. Vea; le voy a pedir un favor; procure no sobrestimarme, pero tampoco me subestime; ¿a quien carajo se supone que pueda llamar para que realice semejante tarea?. Mientras ello no ocurra, deberé conformarme con tomar sol de nueve a diez. A esa hora ya está más perpendicular a la “Tierra”, o cuando menos, a la tierra sobre la que está construido el edificio, ¿me explico?.

No le voy a contar lo que hago durante el resto del día, porque ventilaría mi privacidad de la que siempre he hecho un culto, así la palabra “culto”, adquiera en nuestro país, cada día que pasa, menor relevancia, ¿está de acuerdo?. Gracias.

¿Qué si voy a seguir escribiendo así la demanda de lectores sea menor?. ¡Por supuesto que sí!. Aunque no lo crea, tengo seguidores, y por sobre todo seguidoras incondicionales, capaces de meterse en un “ciber”, antes de pisar las playas, o escalar las montañas del lugar elegido para “vacacionar”. Por otra parte, ¿qué se supone pueda hacer a partir de las cinco y treinta de la matina, hora a la que acostumbro “levantarme”, sin agradecer a Dios por un día más de vida, simplemente porque se me olvida. En “realidá”, parece ser que en nuestro país, somos demasiados los que nos hemos olvidado de Dios, o solo acudimos a él…me refiero a Dios, obviamente cuando somos protagonistas de un hecho desgraciado, lamentable, o capaz de cambiarnos el ánimo. ¡Los demás que se las arreglen como puedan, o se jodan!, expresión que modestamente, entiendo debería ser agregada a las ya compuestas en “La Misa Criolla”, obra maestra del ya fallecido Ariel Ramírez.

¡Sátamente!; hoy no voy a abordar ningún tema que tenga que ver con la política, así como el Dr. Oyarbide, hace meses, no aborda temas que tengan que ver con los cientos de “sumarios” a su cargo, y a los que mira descansar en el cajón del “Olvido”.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com

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