Los motociclistas a la cabeza de los accidentes en la Ciudad
Un estudio e investigación realizada en la Ciudad de Buenos Aires, en los meses de marzo/abril/mayo de 2013 sobre un total de 1822 motocicletas y ciclomotores observados, puso en evidencia algunos comportamientos de alto riesgo por parte de este grupo.
La motocicleta es un vehículo de riesgo por excelencia por su inestabilidad, ya que depende del equilibrio del conductor y sus movimientos. Tampoco ofrece carrocería protectora a sus usuarios y tiene poco volumen, por lo que resulta poco visible para el resto de los conductores. A las desventajas de la desprotección de la moto, se le suma el comportamiento imprudente de sus conductores.
A pesar de ello, muchos de sus conductores ponen en riesgo sus vidas y las de los demás:
• En las intersecciones, cada vez que no se detienen ante el semáforo rojo: el 27% de los motociclistas no respeta el semáforo rojo
• Cuando no adecuan su velocidad a las situaciones del camino: el 31% no aminora la velocidad en las esquinas en las cuales pueden encontrarse con otros vehículos y/o peatones
• No advierten sobre sus maniobras: el 74% no señaliza sus maniobras de giro.
• También los motociclistas ponen en riesgo la vida de los peatones: el 75% no cede el paso en las sendas peatonales y el 51% invade las sendas peatonales cuando se detienen a la espera del cambio de semáforo, eso en los casos en que se detienen
Estos constituyen solamente una muestra de muchos otros comportamientos riesgosos que explican los altos índices de siniestralidad de este grupo cada vez más numeroso, por el cual al menos 2500 personas murieron el año 2012. El 34% de las víctimas mortales en Argentina fueron ocupantes de motocicletas y ciclomotores, la mayoría jóvenes menores de 25 años.
Aunque en la ciudad de Buenos Aires el uso de casco alcanza el 82% de los motociclistas, el gobierno de la Ciudad reconoce 26 muertos y 3.988 heridos durante 2012.
La educación de los conductores y el incremento de controles y sanciones a este grupo resultan medidas urgentes para revertir estas pérdidas de vidas y salud, absolutamente evitables.