EL POLLO VIGNOLO Y LA BARBARIE DEL RELATO
Dura crítica al ‘Pollo’ Vignolo por decir barbaridades
¡AFLOJÁ POLLO!
El sociólogo Pablo Alabarces es magister y futbolero, sus clases en la Universidad de Buenos Aires y en otras casas de estudio revisan y analizan el ámbito de la cultura popular, pasando por los híbridos y mezclas musicales del rock nacional, el género gauchesco, el peronismo o la parodia. Alabarces realizo declaraciones sin duda polémicas, y compartidas por muchos, acerca de las transmisiones de los partidos de fútbol del Mundial 2014 desde la TV pública.
Sebastián Vignolo, alias «el Pollo», es un conocido relator y periodista de fútbol argentino, que nació en San Francisco (Córdoba), creció en el porteño barrio de Floresta y vive en Villa del Parque. Por un acuerdo entre Torneos y Competencias y la TV Pública, él relata los partidos de la selección argentina en el Mundial 2014, con comentarios de Diego Latorre.
Pablo Alejandro Alabarces es licenciado en letras por la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires y Magister en Sociología de la Cultura en la Universidad Nacional de General San Martín (1999). En 2002 se doctoró en Filosofía en la Universidad de Brighton, Inglaterra. Él es Profesor Titular del Seminario de Cultura Popular en la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales en la Universidad de Buenos Aires. Y coordinador del Grupo de trabajo «Deporte y Sociedad» de CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales). También es Profesor Titular de la cátedra Sociología del Deporte en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Y dicta asimismo clases de posgrado en la Universidad Estadual de Campinas (Brasil).
Fragmento de una entrevista de Marina Cavalleti a Pablo Alejandro Alabarces:
-¿Cuáles son sus desacuerdos con las transmisiones?
-Cuando los que transmitían los mundiales eran Torneos y Competencias, Fox y toda esa gente, me parecía una barbaridad, pero era problema de ellos. Ahora, en cambio, me parece la misma barbaridad, pero como voz estatal. Entonces, cada cosa que dicen es infinitamente más peligrosa. Cuando Sebastián Vignolo dice: “Va el negrito a patear” hablando de una selección, no recuerdo si africana, latinoamericana u holandesa, es el Estado argentino el que usa un lenguaje racista. Cuando los relatores dicen: “la Selección sale a ganar o morir” es el Estado argentino el que usa un lenguaje violento. Y cuando Vignolo se la pasa diciendo: “Vamos Argentina, que somos más grandes, que vamos a ganar” es el Estado argentino el que usa un lenguaje patriotero.
-Habla de lenguaje violento. Es su momento, usted afirmó que la violencia en el fútbol se inició con la dictadura ¿Cree que hoy esa violencia se trasladó a los relatores?
-Claro, es el aguante como lógica que ordena toda la cultura futbolística. Están todos dentro de esa lógica: los hinchas, los dirigentes, la policía, la dirigencia política. Todos están capturados en la red del aguante. Hay algunos que, dentro de esa red, hablan y hay otros que además pegan.
(…)
-En algún momento, afirmó que el fútbol influía más en la conformación del identitario colectivo argentino que organizaciones como el Estado o los partidos políticos ¿sostiene esa hipótesis hoy?
-Eso cambió. Hoy el fútbol sigue siendo una gran máquina de identidad, pero local, a nivel de los clubes, no a nivel nacional. Esto es: hoy, lo que se ve es fanatismo futbolero. Esto es un Mundial, ocurre cada cuatro años. Que ayer a la una del mediodía no volara una mosca por la ciudad era absolutamente previsible. Eso no habla de identidad nacional. No está hablando de un relato de la Patria: los argentinos somos de esta manera, igual que Messi, Di María y Lavezzi. (…)
-¿Entonces, a partir de la salida del neoliberalismo, operó un cambio en el identitario nacional?
-Cambió porque vuelve a aparecer el Estado diciendo “somos nacionales y populares”. Es la voz del Estado. Eso se ve clarísimo en las publicidades de Fútbol para Todos: es el Estado el que está diciendo “esta es la Patria”. No son los hinchas ni la cerveza Quilmes. Esa es la novedad. Esto ya estaba claro en el 2010. Ese cambio del lugar del fútbol que vuelve a ocupar un lugar “desplazado” tiene que ver con que el Estado argentino vuelve a ser una gran máquina de nacionalidad.
-Este discurso interpela a personas que adhieren a este Estado nacional y popular, pero también a los opositores…
-Tiene razón Perón: son todos peronistas. La mitad del país puede hablar mal del Gobierno, pero finalmente son todos peronistas y esta idea de lo nacional y popular sigue siendo un discurso eficaz. Es el discurso más eficaz que ha tenido la Argentina desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad. Se discuten los detalles: si más nacional o más popular, pero es un discurso muy eficaz. Entonces el clivaje, la línea de corte en este momento no es a favor o en contra del Gobierno. No es que el antikirchnerismo quiere que la Selección pierda y el kirchnerismo quiere que la Selección gane. Ese corte no está. Durante el Mundial solo hay fútbol. Esto no es política, esto es fútbol. Eso es lo que está diciendo en este momento la sociedad: esto es fútbol. No nos jodan. La nafta aumenta, los salarios están congelados, la inflación avanza, tenemos a los fondos buitres y un vicepresidente pelotudo. Bárbaro, pero esto es fútbol. Entonces, juguemos con el fútbol, con el cuerpo de los jugadores, con si Sabella es un inútil o no. Además hay un poco de patoterismo, que en algunos casos se pone excesivo: creo que a Fantino hay que deportarlo de Brasil, enviarlo de nuevo a la Argentina y amordazarlo, por ejemplo. Ahí ya entramos en otras sutilezas. Estoy muy enojado con las transmisiones de Fútbol para Todos, pero esa es otra discusión. (…)»