Esta semana, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presentó en la Legislatura porteña un proyecto que estimula la incineración de residuos mediante un sistema de “valorización energética” y estirar la meta de basura cero hasta 2028. La iniciativa establece la quema en hornos controlados para “la oxidación total de los residuos a altas temperaturas con múltiples sistemas de control”.
De esta manera, la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, quien firmó el documento con Diego Santilli (vicejefe de Gobierno) y Eduardo Macchiavelli (ministro de Ambiente y Espacio Público), modificaría seis artículos de la Ley de Basura Cero, sancionado en 2005, en la que se prohíbe esta práctica.
En el primer proyecto, los plazos marcaban la reducción de un 30% en la producción de basura sólida urbana para el relleno sanitario al 2010, 50% al 2012 y un 75% al 2017. Con la nueva modalidad, las metas cambiaron a un 50% al 2021, 65% para el 2025 y un 80% al 2030.
Andrés Napoli, director de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), sostuvo que el Gobierno apuesta a este tratamiento porque no le encontró la solución a la basura domiciliaria. Además, señaló la falta de información para un debate tan sensible.
